Discípulos Que TrasciendenSample

DÍA 1 - TRASCIENDE EN INTIMIDAD

¿Te imaginas escuchar los latidos del corazón de Dios? Realmente ¿Quién osaría acercarse sin previo aviso al Rey que gobierna las leyes del universo? Sin lugar a dudas, solamente un loco podríamos responder, o bien, alguien que se ha convertido en íntimo suyo.

Juan era discípulo de Jesús junto a otros once más. La palabra discípulo proviene del latín y significa “aquel que aprende” o bien “aquel que se deja enseñar”. Tanto Juan como los demás discípulos estaban cerca de Jesús para aprender de él, ser guiados y comisionados. Sin embargo, mientras todos disfrutaban de la cercanía de Jesús y de estar sentados a la mesa con él, Juan daba un paso más para atreverse a disfrutar de su intimidad mientras se recostaba sobre su pecho.

No se relata una escena así en ninguna otra parte de los evangelios y tampoco existen indicios de que algún discípulo se acercase tanto como lo hizo Juan con Jesús. Juan no quería solamente las palabras de Jesús, también quería el latido de su corazón. Juan no quería solamente los beneficios de Dios, también deseaba el calor de su presencia. Juan no quería ser un discípulo más sino uno que trascendía en intimidad con su maestro.

Solamente una persona íntima puede tener contacto físico y afectuoso con alguien. Solamente alguien cercano de verdad, puede recostarse sobre el pecho de otra persona. Dios quiere forjar en ti un corazón de discípulo que pueda llegar a trascender, pero todo comienza en conocer el latido del corazón de Dios. Trascender en intimidad es ir más allá de los formalismos para sentir el calor de la presencia de Dios.

¿Cómo sería tu día si en tus mañanas te recostaras sobre el pecho de Jesús? ¿Cómo se vería tu hogar si primero dejaras que el calor de su presencia lo invadiese? ¿Qué repercusión tendrías en tu área de influencia si antes de todo, abrazaras la persona de Cristo? Decide hoy vivir recostado cerca del pecho de Jesús y sé un discípulo que trasciende en intimidad.

PASOS EN ACCIÓN

1. Hazte un plan de hábitos de lectura de la Biblia para que cada día leas una porción.
2. Adminístrate bien el tiempo para tener ratos íntimos con Jesús ¿Quizá tienes que poner el despertador 15 minutos antes?
3. Busca un espacio donde nadie pueda molestarte y así tener un tiempo de calidad con Dios.
4. Encuentra tu propia expresión para conectar con Dios: quizá es dibujando, o escribiendo, o arrodillado orando, leyendo…