5 Pautas Para No DesmayarSample
Prioridades bien sintonizadas
Hemos considerado tres movimientos esenciales para no desmayar:
- Incluir a Dios en la ecuación.
- Considerar correctamente Su poder.
- Declarar firmemente nuestra confianza en el Señor.
Avanzamos en este momento hacia el cuarto, que tiene que ver con prioridades bien sintonizadas.
El dolor tiene la capacidad de nublarnos el entendimiento con facilidad, pero David, en medio de situaciones complejísimas como las que vivía, tenía claro que era una y solo una la mejor parte, aquella con la que quería quedarse: “estar en la casa del Señor todos los días de su vida, para contemplar la hermosura de Jehová e inquirir en Su templo”.
Presencia de Dios, intimidad, comunión cercana... que nos trae ecos de aquella María, amiga del Señor Jesús, que frente a lo turbada que estaba su hermana Marta, fue loada por el Maestro al haber escogido también lo bueno realmente, una parte que no le sería quitada.
Estar turbado y afanado, como Marta, tiene todo que ver con lo que hoy llamamos estrés y ansiedad, reacciones frecuentes en medio de nuestras adversidades. Es tremendamente sencillo hacer una mala elección en esos momentos, y por eso enfatizar el movimiento preciso que tanto David como María hacen respecto a acercarse al Señor es tan fundamental. Por inercia, no lo haremos. Si somos conscientes de nuestra inclinación, podremos pedir al Señor como conviene, que Él añada a nuestra incapacidad lo que sea necesario para darle prioridad y verle a Él frente a la montaña que tenemos delante.
Nuestra mirada suele fijarse en lo que no podemos mover ni cambiar. Contemplar, sin embargo, la hermosura de Dios, Su bondad para con nosotros y Su eterno poder, el mismo que resucitó a Jesús de los muertos, es lo que nos trae esperanza en el día difícil.
Funcionamos por fe como creyentes, no por vista, pero para movernos por fe es vital escoger bien dónde pondremos los ojos. ¿Será en Jesús, autor y consumador de nuestra fe? ¿Será en el Dios todopoderoso que le acompañó en Sus momentos más oscuros para luego levantarle triunfante?
Recordamos que es en el rostro de Dios (v.8) donde podremos encontrar lo que estamos necesitando ver y saber, reconocer y seguir, para sobreponernos a la complejidad de la vida y salir triunfantes, conforme al triunfo de Cristo.
About this Plan
«En el día del mal», como lo llama David en el salmo 27, muchas cosas pueden suceder, pero una de las más probables es que desmayemos. La convicción de nuestra fragilidad llega con ímpetu cuando luchamos contra los avatares de la vida y en esos momentos es donde resulta especialmente clave estar bien anclado a Dios. Concretémoslo, entonces, en 5 pasos clave que no pueden faltarnos en esta tarea.
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