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Recuperar la esperanza

Las dificultades de la vida, los pecados de los demás hacia nosotros o las injusticias nos pueden llevar a sentarnos a un lado del camino, medio muertos, como en la parábola del buen samaritano (Lucas 10:30-35).

Tal vez tu vida parece desesperada, parece sin salida, pero Dios abre un camino donde no hay ninguno. El fatalismo es lo contrario del pensamiento cristiano y bíblico.

Dios es el que sacó a su pueblo de 400 años de esclavitud, es el liberador, es el sanador, Él viene a rescatarte.

Cuando uno ha pasado por algo difícil, puede pensar como una víctima. Las víctimas han padecido su pasado y suelen pensar que no tienen más remedio que padecer su futuro. Pero quiero declarar hoy en tu vida que puedes, por la gracia y la ayuda de Dios, recuperar el control de tu vida y que tu futuro puede ser diferente de tu pasado.

Una víctima se identifica con lo que ha pasado, pero tu identidad viene de Dios, y no de las circunstancias.

Tal vez te sientas afligido como Job. Job no debería ser una fuente de abatimiento por seguir siendo prisionero de su pasado, sino una fuente de esperanza, porque se agarró a Dios, que le sanó y le restauró a todos los niveles (Santiago 5:11).

El mensaje del libro de Job es: ¡agárrate a Dios, es Él quien tiene la última palabra!

Ya sea para tu trabajo, tu salud, tu pareja, tu familia, Dios tiene un plan y es un buen plan. Dios transforma las situaciones, nada es imposible para Él.

Hoy quiero declarar estos versículos sobre ti:

“Tú eres mi gloria; tú mantienes en alto mi cabeza".

“No he de morir; he de vivir para proclamar las obras del Señor".

Yo declaro que hay esperanza para ti. En el nombre de Jesús, yo disipo la niebla de desesperación que te rodea. Y oro que Jesús, el sol de justicia, haga brillar su rostro sobre ti, que reanime tu corazón y que el Dios de la esperanza sostenga tu alma.

¡Aguanta! ¡Agárrate a Dios!

David Théry
Enseñanzas prácticas para experimentar a Dios