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¡Naciste para la grandeza!

¡Naciste para ser increíble! A los 13 años, William Kamkwamba trajo agua a su aldea en Malawi, un país africano marcado por la pobreza, gracias a un molino de viento que él mismo construyó, inspirado por un libro. Hellen Keller, a pesar de quedar ciega y sorda desde bebé, no permitió que eso frenara su pasión: se convirtió en una activista, escritora y oradora extraordinaria. George Washington Carver, nacido en la esclavitud y huérfano desde niño, enfrentó prejuicios y discriminación que retrasaron su educación. Aún así, se superó y se convirtió en uno de los científicos más destacados.

Seguro has escuchado historias similares de gente que, a pesar de enormes desafíos, logró cosas asombrosas y fue una inspiración para otros. ¡Quizás tú mismo seas uno de ellos! ¿De dónde viene esa increíble capacidad humana de superarnos y avanzar? ¿Cómo es que tenemos este talento para resolver problemas, crear música, arte, descifrar misterios del universo o cocinar platos deliciosos?

Nuestra grandeza refleja al Gran Creador, quien nos hizo a su imagen y semejanza para ser co-creadores con Él. Adán y Eva, nuestros representantes en la creación, fueron llamados a cultivar y mejorar lo que Dios les dio. Usando su ingenio y esfuerzo, debían desarrollar todos los aspectos de la vida.

Por eso, todos, incluyéndote a ti, tenemos un potencial enorme para crear: en el arte, la música, la ciencia, la educación, las comunicaciones, la tecnología, la política. El Gran Creador te ha dotado de la habilidad de transformar tu entorno con una buena administración de recursos y talentos.

David lo expresó perfectamente en el Salmo 8, maravillado ante la creación de Dios: “Cuando contemplo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que allí fijaste, me pregunto: «¿Qué es el hombre para que en él pienses? ¿Qué es el hijo del hombre para que lo tomes en cuenta?». Lo hiciste poco menor que los ángeles y lo coronaste de gloria y de honra”.

Somos invitados a co-crear y lo hacemos arropados en su amor. Dios no es un tirano demandante sino un Padre que nos llena de amor, aceptación, valor e importancia.

Si alguna vez dudas de tu valor o de tu futuro, recuerda las palabras del profeta Isaías (43:4) “Ya que eres precioso a mis ojos, digno de honra, y yo te amo, daré a otros hombres en lugar tuyo, y a otros pueblos por tu vida”.

Pero, si nacimos para la grandeza porque somos imagen y semejanza de Dios ¿por qué hay tanta destrucción y tristeza? ¿Por qué los hombres quieren ser dueños de otros haciéndolos esclavos de sus propios deseos?

Reflexiona:

¿ Cómo puedo usar mis talentos y habilidades únicas para hacer una diferencia positiva en mi comunidad o en el mundo, a pesar de los desafíos que enfrento?

Al pensar en personas como William Kamkwamba, Hellen Keller y George Washington Carver, ¿qué lecciones puedo aprender de sus historias para superar mis propios desafíos y obstáculos?

A la luz de la idea de que somos creados a imagen de un 'Gran Creador', ¿cómo explico la prevalencia de la tristeza, la destrucción y la injusticia en el mundo?

¿Qué pasos puedo tomar para superar mis propias limitaciones y contribuir al bienestar y progreso de los demás?