Cada Tribulación No Es Una PruebaSample
Querid@ amig@ tambien quiero que sepas que Dios no está en el negocio de querer probar nuestra fe todo el tiempo y por eso nos envía pruebas y tribulaciones; porque de ser así nuestro Dios bueno y lleno de amor parecerá más a un amante celoso, quien necesita a través de la prueba y el sufrimiento vernos rendidos a sus píes para así saber que le amamos y somos fieles a Él, y ¡No! Dios no es así.
La verdad es que no todas las pruebas, son pruebas de fe. A menudo, el Señor está detrás de algo más cuando estamos en el horno de la aflicción. Ciertamente, mientras más cerca caminas con Cristo y más profundas son las pruebas, mucho más está obrando Él en ti para lograr algo más que fe, el Padre está preparando la novia para su Hijo, pues nuestro amor por el novio pasará por el fuego. Nuestra confinza en Él será refinada a través de fuegos, inundaciones y aflicciones. Sin embargo, estas pruebas no son cuestión de probar o no nuestro amor y devocion por Él. Al contrario son para refinar un amor que superará todo, más allá del dolor, la enfermedad, la agustía, la escaces, la soledad e incluso la misma muerte.
Es como el amor de los adolecentes, esta novia, Su Iglesia – la elegida amada de Jesús – debe ser consumida por el deseo de estar con el novio, porque Él ya demostró en la Cruz, Su ferviente amor y pasión por esa novia.
El Apóstol Pablo es el vivo ejemplo de este tipo de amor; él se refiere a este deseo o tipo de amor cuando describe su propio deseo “estar ausentes del cuerpo y presentes al Señor” (2 Corintios 5:8). “Porque para mí el vivir es Cristo y el morir, ganancia” (Filipenses 1:21). Esta no es una fijación morbosa con la muerte de parte de Pablo. El apóstol claramente vivió una vida llena y útil. Pero, él dijo: “Algo en mí anhela estar con el Señor, donde Él está. Anhelo estar con Él cara a cara".
Pero, para hacer tal aseveración, Pablo tenía que estar completamente apartado de este mundo y sus atracciones. La Biblia asegura que en este mismo instante, Dios está preparando un nuevo mundo – un cielo nuevo y una nueva tierra – para Su gente, Su novía, Sus hijos. Y esta nueva creación será compuesta de una Nueva Jerusalén incluyendo un hogar para la novia de Cristo (Isaías 65:17-18).
Si observas con atención, 720 años antes de Cristo, Dios mismo le está prometiendo a esa futura novia de Su Hijo que “en medio de tu prueba actual (fija esta verdad en tu mente) el mundo presente no es tu hogar.
Todo lo que ves, pasará – la tierra, la luna, el sol, y las estrellas. Dios a através del Profeta Isaias le estaba diciendo a Su pueblo y de paso a cada uno de nosotros ( A los que hemos recibido a Cristo como Señor y salvador personal)..." Estoy creando un nuevo mundo donde no hay fuegos, inundaciones, diablos, pruebas ni aflicciones".
Iglesia, novia de Cristo...¿Entiendes este mensaje? Tu prueba va a terminar, y tus problemas pasaran. Por lo tanto fija tus ojos en Cristo y fija tus afectos en pasar la eternidad con Él, en el nuevo mundo.
De acuerdo a la promesa del Padre del Novio, el mundo en que luchamos ahora con todo su dolor y tristeza, no será recordado cuando ese día llegue. ¡Ni siquiera habrá memoria de este mundo! (Ver 65-17).
Querid@ amig@, esto me dice que la prueba que muchos están soportando no es, una prueba para ser aprobado – es más bien entrenamiento-. Estamos siendo preparados para un mundo donde no habrá más dolor. Y ese mundo va a ser poblado con cuerpos nuevos. Pablo nos dice que el cuerpo que baja a la tumba no es el mismo que saldrá de la tumba. Vamos a tener un cuerpo nuevo, uno con el ADN del Cristo mismo.
Abraham es un ejemplo de uno que tenía un enfoque en el mundo por venir. La Biblia dice de él: “Por la fe habitó como extranjero en la tierra… porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios” (Hebreos 11:9-10).
Abraham, pensaba en proósitos eternos, pasó una gran prueba de fe cuando en obediencia a Dios, ofreció a su hijo, Isaac en sacrificio. Sin embargo, aún más que su fe probada, Abraham fue apartado de esta tierra por su acto de fe– un hecho probado cuando ofreció a su hijo. Él tuvo fe en que había un propósito mayor del que él podía ver, por eso estuvo dispuesto a sacrificar a su hijo.
Aquí podemos ver a un hombre que caminaba y vivía en este plano material, pero su meta era la celestial, viendo su ciudadanía en otro mundo. Ahora considera lo que Hebreos dice de Cristo “(Él)… padeció fuera de la puerta” (13:12). Jesús sufrió como un extranjero siempre en las afueras de la religión formal, en las afueras de la sociedad aceptada. Sin embargo, Cristo también estaba “afuera” en el sentido de no tener lugar aquí en la tierra, tan siquiera para reposar su cabeza. En todo lo que Jesús hizo, siempre miró hacia el cielo. Como el Salvador y nuestro antepasado Abraham.
Recuerda: “Aquí no tenemos ciudad permanente, sino que buscamos la por venir" (13:14). Vivimos y trabajamos en esta tierra, pero somos extranjeros aquí; nuestra verdadera patria es la Nueva Jerusalén. Por lo tanto, Hebreos urge: “Salgamos, pues, a él, fuera del campamento, llevando su oprobio” (13:13). Hasta que también estemos en las “afueras” del campamento, fuera de la lujuria y el materialismo de este mundo – no estaremos donde nuestro Novio está".
Tristemente, cuando miro alrededor, veo a muchos creyentes que tienen fe vencedora, pero no tienen el anhelo de estar con Cristo. En vez, han fijado sus ojos en las cosas de este mundo y en cómo obtenerlas.
Pero, gracias Dios, porque Él tiene una manera maravillosa de empujarnos fuera de la puerta. Él nos dice, en esencia: “Si te voy a entregar a mi Hijo en matrimonio, no puede haber otra atracción en tu vida, no puede haber otro amante para ti" (Mt. 6:24-34).
Quiero motivarte con esta reflexión querid@ amig@ a que examines tu corazón, para que puedas darte cuenta de que no estás lujuriosamente deseando algo o alguien que no sea Cristo. Tu sueño más excitante, la pasión más profundo en tu corazón, debería ser un deseo ferviente de estar con Cristo.
Inevitablemente lo anterior, explicaría porque los santos enfrentan tantas pruebas, porque al final te darás cuenta que si Cristo ya no arde en ti, no son necesarias las pruebas, porque simplemnte le perteneces a otro.
¡Medita en esto!
Scripture
About this Plan
Dios no se deleita en las pruebas por las que atraviesan sus hijos. La Biblia asegura que Cristo es compasivo hacia nosotros en todas nuestras pruebas, siendo tocado por los sentimientos de nuestros sufrimientos. En Apocalipsis 2:9 le dice a la iglesia: “Sé de tu ”tribulación, y pobreza…”. Está diciendo, en esencia: “Sé por lo que estás atravesando. Quizás no lo entiendas, pero sé todo acerca de ti".
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