El evangelio de la prosperidad o la prosperidad del evangelioSample
La Biblia registra varias maneras de dar.
La primera es la limosna.
Cornelio fue recompensado por su ayuda a los pobres: “Dios ha tomado en cuenta tus oraciones y tus limosnas…”, Hechos 10:31 (NT-BAD). Aunque Cornelio era “piadoso, temeroso de Dios… oraba a Dios siempre (Hechos 10:1) ayunaba (Hechos 10:30) y tenía “buen testimonio en toda la nación de los judíos” (Hechos 10:22), Dios solo tuvo en cuenta su oración y su generosidad a los pobres. La oración demostraba su amor a Dios y la limosna su amor al prójimo. Así cumplía con toda la ley: “amar a Dios y… al prójimo”, Lucas 10:27. “Dios bendice a los que cuidan de los pobres, y los pondrá a salvo cuando vengan las dificultades”, Salmo 41:1 (TLA); Isaías 58:7-9. “¡Si eres bueno con los pobres, Dios te bendecirá!”, Proverbios 14:21 (TLA). “Dios bendice… a quienes comparten con libertad y dan con generosidad a los necesitados; sus buenas acciones serán recordadas para siempre…”, Salmo 112:1 y 9 (TLA, NTV). “Nunca se olviden de hacer lo bueno, ni de compartir lo que tienen con los que no tienen nada. Esos son los sacrificios que agradan a Dios”, Hebreos 13:16 (TLA). “Da al pobre con generosidad… porque el SEÑOR… te bendecirá en todo lo que hagas…”, Deuteronomio 15:10 (NTV). Jesús dijo que dar al pobre tiene recompensa eterna, Lucas 14:14. Cuando Pablo fue aceptado por los apóstoles lo único que le pidieron es que no dejara “de ayudar a los pobres de la iglesia en Jerusalén… que es precisamente lo que yo he estado haciendo con dedicación”, Gálatas 2:10 (TLA, PDT); Hechos 10:35. Lo que damos al pobre Dios lo toma como un préstamo personal: “Si ayudas al pobre, le prestas al SEÑOR… ¡y Dios siempre paga sus deudas!”, Proverbios 19:17 (NTV, TLA). Jesús dijo: “… Cuando tuve hambre, ustedes me dieron de comer”, Mateo 25:34 (TLA). “Señor, ¿Cuándo te vimos con hambre y te dimos de comer?... Cada vez que ustedes hicieron algo por mis hermanos más humildes, también lo hicieron por mí”, Mateo 25:37-40 (TLA, PDT). La limosna no cuenta si se hace para aparentar espiritualidad: “No hagáis vuestra limosna… para que los demás te vean y admiren…”, Lucas 6:1 (RV1862, NT-BAD). “Cuando alguno de ustedes ayude a los pobres, no se lo cuente a nadie. Así esa ayuda se mantendrá en secreto, y Dios el Padre, que conoce ese secreto, les dará a ustedes su premio”, Mateo 6:3-4 (TLA). Para asegurarnos de que nuestros motivos no son egoístas debiéramos realizar nuestras buenas obras silenciosamente, sin esperar recompensa. Jesús pide que revisemos nuestros motivos a la hora de dar (Mateo 6:4), orar (Mateo 6:6) y ayunar, Mateo 6:18. Estas obras no deben ser egocéntricas, sino teocéntricas y no para hacernos lucir bien sino para hacer lucir bien a Dios. Cuanto tengas la oportunidad de hacer una buena obra, pregúntate: ¿haría esto aunque nadie lo supiera?
About this Plan
La prosperidad es una bendición siempre que Dios siga siendo nuestro Dios y no tan solo nuestro proveedor.
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