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La Biblia Con Nicky y Pippa Gumbel 2025Sample

La Biblia Con Nicky y Pippa Gumbel 2025

DAY 350 OF 365

¿Quién es el Señor de tu vida?

Policarpo (70–156 d.C.) fue obispo en una época de duros ataques contra los cristianos. A la edad de 82 años, fue arrestado por ningún otro crimen que el de ser cristiano. Todo lo que tenía que hacer para evitar la muerte era proclamar que «César es Señor». Policarpo respondió: «He servido a Cristo durante ochenta y seis años, y nunca me ha fallado. ¿Cómo puedo blasfemar de mi Dios quien me salvó?». Para Policarpo, el hecho de que «*Jesús es el Señor*» significó que no podía decir que «César es Señor». Firme en su posición por Cristo, Policarpo se negó a comprometer sus creencias y fue quemado vivo en la hoguera el 22 de febrero del 156. Dios es descrito en el Antiguo Testamento como «el Señor». En el pasaje del Nuevo Testamento de hoy, vemos el trasfondo de esta extraordinaria afirmación: «¡Jesús es el Señor!».

Salmos 144:1-8

1. Jesús, el Señor que ha descendido del cielo

¿Qué batallas estás librando en tu vida? ¿Tentación? ¿Ansiedad? ¿Depresión? ¿Batallas financieras? ¿Batallas de salud? ¿Batallas de trabajo o en las relaciones?

Este salmo es una petición de ayuda antes de la batalla. El contexto original probablemente era una batalla física; pero, vista a través de la lente del Nuevo Testamento, puedes considerarla en los términos de una batalla espiritual.

Hay momentos en los que parece que estamos perdiendo terreno en una batalla espiritual, como por ejemplo por nuestra nación. Pero, ¡nunca te rindas! David ensalza al Señor diciendo «mi roca», «fortaleza», «refugio», «libertador», «mi escudo, en quien me refugio» (vv.1-2).

El Señor es poderoso, también es «mi Dios amoroso». Él te hace partícipe de Su plan, «adiestra mis manos para la guerra» (v.1). Eres socio de Dios; por supuesto, Dios es el socio mayoritario, pero tú tienes un papel que desempeñar.

David continúa diciendo: «Abre tus cielos, Señor, y desciende \[…\] Extiende tu mano desde las alturas y sálvame» (vv.5a,7). Esto es exactamente lo que Dios hizo, lo cual celebraremos en unos pocos días en Navidad. El Señor Jesús descendió del cielo y nos libró rescatándonos.

Sin importar cuáles sean las batallas en las que estés luchando hoy, pasa tiempo con Jesús ensalzándolo por ser quien es, clamándole en petición de ayuda y confiando en él para librarte.

Señor, hoy clamo a Ti, mi Dios amoroso; mi fortaleza, mi refugio, mi libertador, mi escudo y mi rescatador. ¡Ayúdame Señor!

Apocalipsis 7:1-17

2. Jesús, el Señor en el centro de nuestra adoración

Uno de los hitos de todos los Juegos Olímpicos es la ceremonia de apertura, que supone que 225 naciones se junten para una alegre celebración. Pero su significado palidece comparado con lo que se describe en este pasaje, donde vemos a una gran multitud de toda lengua, pueblo, tribu y nación compareciendo juntos ante el trono de Dios.

Los seis sellos que vimos ayer dieron una perspectiva general de la historia entre la primera y la segunda venida de Jesús. Mañana, leeremos acerca de la apertura del séptimo sello.

En el interludio del capítulo séptimo del Apocalipsis, se da una significativa seguridad al pueblo de Dios: « ¡No hagan daño ni a la tierra, ni al mar ni a los árboles, hasta que hayamos puesto un sello en la frente de los siervos de nuestro Dios!» (v.3). Pase lo que pase a tu alrededor, tu seguridad eterna está fuera de dudas, pues se te ha impuesto el «el sello del Dios vivo» (v.2).

Los 144 000 a los que se refieren estos versículos 1-8 y la incontable multitud de los versículos 9-17 probablemente no son dos grupos distintos, sino imágenes del mismo grupo desde dos ángulos diferentes. En el primero, el pueblo de Dios es reunido en asamblea en la tierra; en el segundo, se juntan como asamblea ante Dios en el cielo, habiendo dejado sus luchas y dificultades en el pasado.

El pueblo de Dios es descrito como aquellos que lavaron sus vestiduras blanqueándolas en «la sangre del Cordero» (v.14). Este es un ejemplo de lenguaje metafórico no literal de la literatura apocalíptica de este libro de la Biblia y este capítulo en particular. ¡Las vestiduras no se blanquean al ser bañadas en sangre! Pero metafóricamente, eres lavado por la sangre de Jesús.

El número 144 000 por tanto no es literal, sino simbólico de todo el pueblo de Dios a través de la historia. Juan los ve como «una multitud tomada de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas; era tan grande que nadie podía contarla. Estaban de pie delante del trono y del Cordero» (v.9).

Los de la multitud estaban «vestidos de túnicas blancas y con ramas de palma en la mano» (v.9). Entonan canciones de alabanza a Dios (v.10). Los ángeles se unen a la multitud y alaban a Dios (vv.11-12). Finalmente, toda la iglesia, con los anfitriones angélicos, alaba a Jesús. Los coros humanos y las orquestas están ensayando el concierto celestial.

«El Cordero que está en el trono los pastoreará» (v.17a). Esta es una inversión de roles extraordinaria. ¡El cordero se ha convertido en el pastor! Nunca más tendrás hambre ni sed. Serás saciado por las «fuentes de agua viva; y Dios enjugará» toda lágrima de tus ojos (v.17b). No habrá más dolor ni sufrimiento, ni duelo ni tragedia.

Señor, gracias porque puedo aguardar con expectación una eternidad en la presencia de Jesús. Gracias porque satisfarás mi hambre y mi sed, y enjuagarás toda lágrima de mis ojos.

Malaquías 2:17-4:6

3. Jesús, el Señor que acrisola y bendice

El libro de Malaquías termina con la expectativa de la llegada de aquel que preparará el camino al Señor: «Estoy por enviarles al profeta Elías antes que llegue el día del Señor, día grande y terrible. Él hará que los padres se reconcilien con sus hijos y los hijos con sus padres» (4:5-6).

Así es como se describe a Juan el Bautista (Lucas 1:17). Jesús dijo que él es el Elías que tenía que llegar (Mateo 11:14; ver también Mateo 17:12–13; Marcos 9:12-13).

En la Biblia cristiana, el último libro del Antiguo Testamento es el libro de Malaquías. Termina con la expectativa de la venida del Señor y de aquel que preparará el camino al Señor.

El pueblo es llamado a prepararse para el día de la venida del Señor, la cual será como «fuego de fundidor» (Malaquías 3:2). Dios quiere cambiar tus actitudes, deseos, pensamientos y conversaciones para que te puedas liberar de ti mismo, de tu egoísmo, y de estar centrado en ti. Como escribe Joyce Meyer: «Créeme, librarte de tu egoísmo requiere algo de fuego (pasar por tiempos difíciles, normalmente un montón) pero al final, merece la pena».

Escucha la llamada de volver al Señor (v.7). En particular, fíjate en cuánto das (vv.8-12). Tu actitud hacia el dinero es el barómetro de cómo ves la vida.

El «diezmo» era una especie de impuesto a los ingresos que iba para el mantenimiento del Templo y su personal. Además, la gente daba de muchas otras maneras: a través de la hospitalidad, limosnas a los pobres y ofrendas «libres».

El profeta los acusa de robar a Dios por no enderezar su vida. Les insta así: «Traigan íntegro el diezmo para los fondos del templo, y así habrá alimento en mi casa. Pruébenme en esto —dice el Señor Todopoderoso—, y vean si no abro las compuertas del cielo y derramo sobre ustedes bendición hasta que sobreabunde» (v.10).

Esto muestra lo importante que es lo que damos a los ojos de Dios. Prioriza dar a la comunidad de tu iglesia, la cual es el equivalente del Templo. Si no das con generosidad, estarás «robando a Dios». Si una iglesia como comunidad da generosamente, entonces puedes esperar que Dios abrirá las «compuertas del cielo y derram\[ará\] sobre ustedes bendición hasta que sobreabunde» (v.10).

Parece que pusieron sus prioridades en el lugar adecuado: «Los que temían al Señor hablaron entre sí, y él los escuchó y les prestó atención. Entonces se escribió en su presencia un libro de memorias de aquellos que temen al Señor y honran su nombre» (v.16). Me encanta este versículo. A veces, cuando te reúnes, puede que no llegues a orar, pero aun así «\[él Señor\] los escuchó y les prestó atención», porque «temen al Señor y honran su nombre» (v.16).

Él promete: «Ustedes que temen mi nombre, se levantará el sol de justicia trayendo en sus rayos salud. Y ustedes saldrán saltando como becerros recién alimentados» (4:2). Cualesquiera que sean tus heridas, dolores y quebrantos, Dios promete traer sanación, restauración e integridad a tu vida.

Señor, ayúdanos a ser una comunidad generosa. Gracias porque estás con nosotros en nuestras batallas cotidianas y porque un día te alabaremos para siempre como parte de la gran multitud, declarando que «¡Jesús es el Señor»!

Pippa Adds

Pippa añade

Apocalipsis 7:17b

«Y Dios les enjugará toda lágrima de sus ojos».

Qué bueno que Dios lo hace que al final todo esté bien.

References

Notas: Escritura marcada (MSG) es tomada de la traducción bíblica The Message, no está traducida al español, se parafrasea Joyce Meyer, La Biblia de la vida diaria (Casa creación, 2010) Unless otherwise stated, Scripture quotations taken from the Holy Bible, New International Version Anglicised, Copyright © 1979, 1984, 2011 Biblica, formerly International Bible Society. Used by permission of Hodder & Stoughton Publishers, an Hachette UK company. All rights reserved. «NIV» is a registered trademark of Biblica. UK trademark number 1448790. Scripture quotations marked (AMP) taken from the Amplified® Bible, Copyright © 1954, 1958, 1962, 1964, 1965, 1987 by The Lockman Foundation. Used by permission. (www.Lockman.org) Scripture marked (MSG) taken from The Message. Copyright © 1993, 1994, 1995, 1996, 2000, 2001, 2002. Used by permission of NavPress Publishing Group.
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About this Plan

La Biblia Con Nicky y Pippa Gumbel 2025

Antiguo Testamento, el Nuevo Testamento y un Salmo o Proverbio cada día. Combinado con un comentario diario de Nicky y Pippa Gumbel, este plan nos guía a conectarnos más estrechamente con la Palabra de Dios y nos alienta no solo a aplicar las enseñanzas de las Escrituras a nuestra vida diaria, sino también a profundizar en nuestra relación con Jesús.

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