Agotamiento PastoralSample

Día 3: Recuperando nuestra energía en la quietud

Vivimos inmersos en un mundo de constante movimiento, donde el éxito se mide por la productividad y el valor se confunde con la cantidad de cosas que hacemos. El ministerio no está exento de esta lógica, y muchos pastores viven corriendo de un compromiso al otro, sintiendo que si se detienen, están fallando. Pero la verdad espiritual es otra: muchas veces, la mayor fortaleza se encuentra en el silencio, y la mayor restauración, en la quietud.

Isaías 30:15 nos recuerda que “en el descanso y en la confianza está su fuerza”. Qué contracultura tan radical: el descanso no como una pausa necesaria, sino como una fuente de poder. Este tipo de descanso no es ocio ni evasión, es una decisión espiritual de detenernos para reconectar con Dios.

Jesús lo practicaba. El Hijo de Dios, en medio del crecimiento de su ministerio, se apartaba a lugares solitarios para orar (Lucas 5:16). Si Él necesitaba momentos de quietud para sostener su llamado, cuánto más nosotros. El alma del líder se recarga no solo con buenas ideas, sino con la presencia del Padre.

Recuperar la energía no siempre implica hacer menos, sino hacer una pausa consciente para que Dios nos hable. La quietud es un espacio donde nuestra alma deja de luchar y comienza a escuchar. Donde las cargas se alivian, la mente se aclara y el corazón vuelve a latir con propósito.

Este día es una invitación a dejar de correr por un momento. A no hacer nada más que estar con Él. No para preparar una prédica. No para planificar el próximo evento. Solo para ser hijo. Solo para descansar. Porque ese descanso no es una interrupción del llamado, es parte del llamado mismo.

Aplicación práctica: Hoy, busca un lugar sin interrupciones y quédate allí por unos minutos sin otra meta que estar con Dios. Respira, escucha, y permite que Él recargue tu alma.