Obľúbené biblické verše z San Juan 3

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»Pues Dios amó tanto al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna.

Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él.

Jesús le dijo: —Te aseguro que el que no nace de nuevo, no puede ver el reino de Dios.

»El que cree en el Hijo de Dios, no está condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado por no creer en el Hijo único de Dios.

Los que no creen, ya han sido condenados, pues, como hacían cosas malas, cuando la luz vino al mundo prefirieron la oscuridad a la luz.

Él ha de ir aumentando en importancia, y yo disminuyendo.

Todos los que hacen lo malo odian la luz, y no se acercan a ella para que no se descubra lo que están haciendo.

El que cree en el Hijo, tiene vida eterna; pero el que no quiere creer en el Hijo, no tendrá esa vida, sino que recibirá el terrible castigo de Dios.

Y así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así también el Hijo del hombre tiene que ser levantado

El Padre ama al Hijo, y le ha dado poder sobre todas las cosas.