APOCALIPSIS 22:8-15
APOCALIPSIS 22:8-15 BLP
Yo, Juan, vi y oí todo esto. Y cuando terminé de oírlo y de verlo, me postré a los pies del ángel que me lo enseñaba, con intención de adorarlo. Pero él me dijo: —¿Qué haces? Yo soy un simple servidor como tú y tus hermanos los profetas, como todos los que prestan atención al mensaje de este libro. A Dios debes adorar. Y añadió: —No mantengas en secreto el mensaje profético de este libro, pues la hora definitiva está al caer. Ya casi da igual que el malo siga cometiendo maldades, que el manchado se manche aún más; pero que el bueno se haga mejor y que el consagrado a Dios se entregue aún más a él. Estoy a punto de llegar y voy a recompensar a cada uno conforme a su conducta. Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último, el principio y el fin. ¡Dichosos los que han decidido lavar sus vestiduras para tener acceso al árbol de la vida y poder entrar en la ciudad a través de sus puertas! Fuera, en cambio, quedan los depravados, los hechiceros, los lujuriosos, los asesinos, los idólatras y todos cuantos hacen de la mentira el programa de su vida.