1 SAMUEL 2:1-11
1 SAMUEL 2:1-11 RV2020
Entonces Ana oró y dijo: Mi corazón se regocija en el Señor, mi poder se exalta en el Señor; mi boca se ríe de mis enemigos, por cuanto me alegré en tu salvación. No hay santo como el Señor; porque no hay nadie fuera de ti ni refugio como el Dios nuestro. No multipliquéis las palabras de orgullo y altanería; cesen las palabras arrogantes de vuestra boca, porque el Señor es el Dios que todo lo sabe y a él le toca juzgar las acciones. Los arcos de los fuertes se han quebrado y los débiles se ciñen de vigor. Los saciados se alquilan por pan y los hambrientos dejan de tener hambre; hasta la estéril da a luz siete veces, mas la que tenía muchos hijos languidece. El Señor da la muerte y la vida; hace descender al seol y retornar. El Señor empobrece y enriquece, abate y enaltece. Él levanta del polvo al pobre; alza del estercolero al menesteroso, para hacerlo sentar con príncipes y heredar un sitio de honor. Porque del Señor son las columnas de la tierra; él afirmó sobre ellas el mundo. Él guarda los pies de sus santos, mas los impíos perecen en tinieblas; porque nadie será fuerte por su propia fuerza. Delante del Señor serán quebrantados sus adversarios y sobre ellos tronará desde los cielos. El Señor juzgará los confines de la tierra, dará poder a su Rey y exaltará el poderío de su Ungido. Luego Elcana regresó a su casa en Ramá, y el niño se quedó para servir al Señor junto al sacerdote Elí.