SANTIAGO 1:19-27
SANTIAGO 1:19-27 RV2020
Por esto, mis amados hermanos, sed todos diligentes para oír, pero lentos para hablar y lentos para airarse, porque un hombre airado no es capaz de actuar conforme a la justicia de Dios. Por eso, dejando toda inmundicia y tanta maldad, recibid con docilidad la palabra plantada en vosotros, la cual puede salvar vuestras almas. Sed hacedores de la palabra y no tan solo oidores, de manera que os engañéis a vosotros mismos. Si alguno es oidor de la palabra pero no la pone por obra, ese es semejante al que se mira la cara en un espejo: se ve a sí mismo, pero tan pronto se va, se olvida de cómo es. Pero el que se fija atentamente en la ley perfecta, la de la libertad, y persevera en ella, y no es un oidor olvidadizo sino que la pone en práctica, será dichoso en lo que hace. Si alguno de vosotros se considera muy religioso, pero no refrena su lengua, se engaña a sí mismo y su religión no sirve para nada. La religión pura y sin mancha delante de Dios el Padre es esta: ayudar a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones, y no contaminarse con la maldad del mundo.