NAHUM 2:5-13
NAHUM 2:5-13 RV2020
Se convoca a los valientes, se atropellan en su marcha, se apresuran hacia el muro donde se prepara la defensa. Las puertas de los ríos se abren y el palacio es destruido. Llevan cautiva a la reina, le ordenan que suba, y sus criadas la llevan mientras gimen como palomas, y se golpean los pechos. Nínive es como un estanque cuyas aguas se escapan. Gritan: «¡Deteneos, deteneos!», pero ninguno mira. ¡Saquead plata, saquead oro! ¡Hay riquezas sin fin, y toda clase de objetos suntuosos y codiciables! Vacía, agotada y desolada está, su corazón desfallece, le tiemblan las rodillas, tiene dolor en las entrañas; los rostros están demudados. ¿Qué queda de la cueva de los leones y de la guarida de los cachorros de los leones, donde se recogían el león y la leona, y los cachorros del león, y no había quien los espantara? El león desgarraba la presa para sus cachorros, y despedazaba para sus leonas, llenaba de presas sus cavernas, y de robo sus guaridas. ¡Aquí estoy contra ti!, dice el Señor de los ejércitos. Quemaré y reduciré a humo tus carros, y la espada devorará tus leoncillos; acabaré con el robo en tu tierra y nunca más se oirá la voz de tus mensajeros.