SALMOS 37:1-40
SALMOS 37:1-40 RV2020
No te impacientes a causa de los malvados ni tengas envidia de los malhechores, porque como la hierba serán pronto cortados, y como la hierba verde se secarán. Confía en el Señor y haz el bien; habitarás en la tierra y te apacentarás de la verdad. Deléitate asimismo en el Señor y él te concederá las peticiones de tu corazón. Encomienda al Señor tu camino, confía en él y él hará. Exhibirá tu justicia como la luz y tu derecho como el mediodía. Guarda silencio ante el Señor y espera en él. No envidies a quienes prosperan en su camino, ni a quienes practican el mal. Desecha la ira y el enojo; no te exasperes, no sea que obres mal, porque los malignos serán destruidos, pero los que esperan en el Señor heredarán la tierra, pues dentro de poco no existirá el malo; observarás su lugar, y ya no estará allí. Pero los mansos heredarán la tierra y se recrearán con abundancia de paz. Maquina el impío contra el justo y rechina contra él sus dientes. El Señor se reirá de él, porque ve que viene su día. Los impíos desenvainan espada y tensan su arco para derribar al pobre y al menesteroso, para matar a los de recto proceder. Su espada entrará en su mismo corazón y su arco será quebrado. Mejor es lo poco del justo que las riquezas de muchos pecadores, porque los brazos de los impíos serán quebrados; mas el que sostiene a los justos es el Señor. Conoce el Señor los días de los íntegros y la heredad de ellos será para siempre. No serán avergonzados en el tiempo de dificultad, y en los días de hambre serán saciados. Mas los impíos perecerán, los enemigos del Señor serán consumidos; como la grasa de los carneros, se disiparán como el humo. El impío toma prestado y no paga; pero el justo tiene misericordia y da. Los benditos de él heredarán la tierra, pero los que él maldice serán destruidos. El Señor dirige los caminos del ser humano y en su conducta se complace. Cuando caiga, no quedará postrado, porque el Señor sostiene su mano. Joven fui y he envejecido, y no he visto justo desamparado ni a su descendencia que mendigue pan. En todo tiempo tiene misericordia y presta. Su descendencia es para bendición. Apártate del mal, haz el bien y vivirás para siempre, porque el Señor ama la rectitud y no desampara a sus santos. Para siempre serán guardados, mas la descendencia de los impíos será destruida. Los justos heredarán la tierra y vivirán para siempre en ella. La boca del justo habla sabiduría y su lengua habla justicia. La ley de su Dios está en su corazón; por tanto, sus pies no resbalarán. Espía el impío al justo y procura matarlo. El Señor no lo dejará en sus manos ni lo condenará cuando lo juzguen. Espera en el Señor, guarda su camino, y él te exaltará para heredar la tierra; cuando sean destruidos los pecadores, lo verás. Vi yo al impío sumamente enaltecido y que se extendía como laurel verde. Pero él pasó, y he aquí ya no estaba; lo busqué, y no lo hallé. Considera al íntegro y mira al justo, porque hay un final dichoso para el hombre de paz. Mas los transgresores serán todos a una destruidos; la posteridad de los impíos será extinguida. Pero la salvación de los justos es del Señor y él es su fortaleza en el tiempo de angustia. El Señor los ayudará y los librará; los liberará de los impíos y los salvará, por cuanto en él esperaron.