DEUTERONOMIO 11
11
La grandeza del Señor
1“Amad al Señor vuestro Dios y cumplid sus preceptos, leyes, decretos y mandamientos.#11.1 Amad... cumplid: Véase Dt 6.5 nota d. 2Reconoced hoy el castigo del Señor vuestro Dios, que vuestros hijos no conocen ni han visto. Reconoced su grandeza y su gran despliegue de poder,#11.2 El siguiente resumen de las grandes obras del Señor evoca, en particular, cuatro acontecimientos: las plagas de Egipto (v. 3), el milagro del mar Rojo (v. 4), las etapas de la marcha por el desierto (v. 5) y el castigo de los rebeldes (v. 6). En estos acontecimientos, el Señor se manifestó a Israel como su Salvador y Libertador, pero también como un Dios que no tolera ningún compromiso con el pecado. El recuerdo del pasado debe servir de lección para el presente. Cf. Dt 8.2-6. 3y las señales y grandes hechos que realizó en Egipto contra el faraón y todo su país:#11.3 Ex 7.8–12.30. 4lo que hizo con el ejército egipcio, con sus caballos y carros de guerra, y cómo los hundió en las aguas del mar Rojo cuando ellos os perseguían. El Señor los destruyó para siempre.#11.4 Ex 14.28. 5Acordaos también de todo lo que hizo por vosotros en el desierto, hasta que llegasteis aquí; 6y lo que hizo con Datán y Abiram, hijos de Eliab y descendientes de Rubén: cómo, a la vista de Israel, la tierra se abrió y se los tragó junto con sus familias, sus tiendas de campaña y todo cuanto tenían.#11.6 Nm 16.31-32. 7Vosotros mismos sois testigos de las grandes cosas que ha hecho el Señor.
Bendiciones de la Tierra prometida
8“Cumplid todos los mandamientos que hoy os he dado, para que os hagáis fuertes y toméis posesión del país que vais a conquistar, 9y para que viváis muchos años en esta tierra que el Señor prometió dar a vuestros antepasados y a vuestros descendientes, una tierra donde la leche y la miel corren como el agua. 10La tierra que vais a conquistar no es como Egipto,#11.10 Aquí se establece una contraposición entre el suelo de la Tierra prometida y el de Egipto. El primero es fecundado por las lluvias que el Señor envía (cf. vs. 11-12,14); el segundo, en cambio, recibe su fecundidad de las inundaciones periódicas del Nilo (cf. Is 23.3; Am 8.8) y exige un esfuerzo constante para distribuir el agua en las zonas de cultivo. de donde salisteis; allí sembrabais la semilla y regabais con los pies,#11.10 Regabais con los pies: El significado exacto de esta expresión es dudoso. Podría tratarse de una alusión a los surcos para el riego, abiertos con los pies en la tierra blanda, o bien a las ruedas con que se hacía subir el agua del río a los terrenos altos y que eran movidas con los pies. como se hace en las huertas, 11pero el país del que vais a tomar posesión es un país de montes y valles, regado por la lluvia del cielo. 12Es una tierra que el Señor mismo cuida; en ella tiene puestos los ojos todo el año.
13“Si cumplís los mandamientos que os he dado en este día, y amáis al Señor vuestro Dios y lo adoráis con todo vuestro corazón y toda vuestra alma,#11.13 Para los varios aspectos de esta devoción a Dios, véase Dt 6.5 nota e. 14él hará#11.14 Él hará: según la versión griega (LXX). Heb. Yo haré. que vengan a su tiempo las lluvias de otoño y las de primavera,#11.14 Estas lluvias marcan el comienzo y el fin de la estación lluviosa. La de otoño, en octubre-noviembre, facilita el arado de la tierra y las tareas preparatorias para la siembra; la de primavera, en marzo-abril, asegura la cantidad y calidad de la cosecha. Cf. Jer 5.24; Jl 2.23. para que cosechéis vuestro trigo y tengáis vino y aceite. 15También hará que crezca hierba en el campo para vuestro ganado; y tendréis comida en abundancia.#11.13-15 Lv 26.3-5; Dt 7.12-16; 28.1-14. 16Pero cuidad de no dejaros engañar:#11.16 Dt 8.11-20. no os apartéis del Señor para rendir culto a otros dioses. No os inclinéis ante ellos, 17porque el furor del Señor se encenderá contra vosotros, y no os enviará lluvia; entonces la tierra no dará sus frutos, y muy pronto moriréis en esa buena tierra que el Señor os va a dar.#11.16-17 Cf. Dt 29.24-28.
18“Grabad estas palabras en vuestra mente y en vuestro pensamiento; atadlas como señales en vuestras manos y en vuestra frente. 19Instruid a vuestros hijos hablándoles de ellas tanto en la casa como en el camino, y cuando os acostéis y cuando os levantéis. 20Escribidlas en los postes y en las puertas de vuestras casas, 21para que, en la tierra que el Señor prometió dar a vuestros antepasados, sea tan larga vuestra vida y la de vuestros hijos como la existencia del cielo sobre la tierra.#11.18-20 Cf. Dt 6.6-9.
22“Si cumplís fielmente todos estos mandamientos que hoy os ordeno poner en práctica, y si amáis al Señor vuestro Dios y le seguís fielmente en todos sus caminos, 23el Señor arrojará de vuestra presencia a todas esas naciones, y conquistaréis a pueblos más numerosos y fuertes. 24Donde plantéis el pie, allí os quedaréis. Vuestras fronteras se extenderán desde el desierto hasta el Líbano,#11.24 Desde el desierto hasta el Líbano: traducción probable (cf. Jos 1.4); heb. desde el desierto y el Líbano. y desde el río Éufrates hasta el mar Mediterráneo.#11.24 Desde el río Éufrates hasta el mar Mediterráneo: Véase Gn 15.18 n. 25Nadie podrá haceros frente.#11.24-25 Jos 1.3-5. El Señor vuestro Dios hará cundir el pánico y el terror por dondequiera que paséis, tal como os lo ha prometido.
26“En este día os doy a elegir entre bendición y maldición.#11.26 Dt 30.15,19. 27Bendición, si obedecéis los mandamientos del Señor vuestro Dios, que hoy os he ordenado. 28Maldición, si, por seguir a dioses desconocidos, desobedecéis los mandamientos del Señor vuestro Dios y os apartáis del camino que hoy os he ordenado.#11.27-28 Dt 28.
29“Cuando el Señor vuestro Dios os haya hecho entrar en el país que vais a conquistar, pondréis la bendición en el monte Guerizim y la maldición en el monte Ebal.#11.29 Dt 27.11-14; Jos 8.33-35. 30Estos montes están al otro lado del Jordán, en dirección de la ruta occidental, en la tierra de los cananeos que viven en la llanura, frente a Guilgal y junto a las encinas de Moré.#11.29-30 El monte Guerizim, al sur, y el Ebal, al norte, son dos montañas de la Palestina central, en las cercanías de la antigua ciudad de Siquem. La ruta occidental unía a Siria con Egipto, atravesando todo el país de Canaán. Guilgal significa, en hebreo, círculo de piedras y había varios sitios con ese nombre; por eso, aquí podría tratarse de un sitio cercano a Siquem, y no del Guilgal que se encontraba entre el río Jordán y Jericó (Jos 4.19-24). Siquem y las encinas de Moré: Véase Gn 12.6 n. 31Vosotros estáis a punto de cruzar el Jordán y conquistar el país que el Señor vuestro Dios os va a dar. Cuando ya lo hayáis conquistado y viváis en él, 32poned en práctica todas las leyes y decretos que hoy os he entregado.
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