Parte 2: Nosotros

Empezamos este estudio de teología por ver a Dios, y esto fue muy apropiado porque la teología es un estudio de Dios. A la vez, dijimos al principio que nuestro estudio de teología iba a ser práctico, o sea algo que tenga aplicación directa a nuestra vida. 

Ahora es necesario dirigir nuestra atención a nosotros mismos, para poder ver cómo la historia de este Dios que es el Ser supremo del universo se conecta con la historia de nuestra vida. Así, nuestra teología empezará a ser práctica.

¿Quiénes somos? 

Hay dos realidades fundamentales que Dios dice forman el núcleo de quiénes somos: somos hechos a su imagen, y somos totalmente corruptos. 

Hechos a su imagen

La gran conexión entre Dios y el hombre es que Dios hizo al hombre a su imagen; o sea, reflejamos cómo es Dios. Por supuesto, simplemente somos hechos en su imagen, no somos Dios — Sólo hay un Dios, y somos su creación —. Llevamos su imagen, pero no somos réplicas de Dios. 

No obstante, por ser hechos en su imagen, tenemos las características de Dios: razonamos, sentimos emociones profundas, somos creativos y tenemos la capacidad de señorear sobre la creación. Solo los seres humanos han recibido estas cualidades, porque sólo nosotros somos hechos en la imagen de Dios.

Totalmente corruptos

A pesar de ser hechos en la imagen del Ser Divino — de Dios —, nosotros somos muy malos. Reflejamos una imagen de Dios inmensamente corrupta. En el fondo de nuestro ser, somos extremadamente depravados. Nuestro problema es nuestra rebeldía contra Dios, y esta rebeldía sale como pecado — es decir, desobediencia contra Dios —. Pero nuestro problema es mucho más profundo que sólo acciones y actitudes malvadas: nuestro problema es nuestro corazón. Lo que somos en lo más íntimo de nuestro ser es corrupto y malo. Por esta razón, todos nos rebelamos contra Dios.

Queremos ser Dios

Nos Rebelamos contra Dios porque queremos ser el dios de nuestro mundo. Queremos mandar; resistimos a la autoridad y nos cuesta seguir a otro. Nosotros queremos ser nuestro propio jefe. Sólo Dios es soberano, pero por nuestro deseo de ser el dios de nuestro mundo, nos portamos como si nosotros fuéramos los seres supremos del universo. Minimizamos al Dios verdadero y tratamos mal a otras personas, porque nos vemos a nosotros mismos como el centro de todo, como si fuéramos Dios.

Dos preguntas

En los dos siguientes estudios veremos dos preguntas; son preguntas que explican porque la vida es tal cómo es, y explican porque hacemos muchas de las cosas que hacemos. La primera pregunta es: ¿Qué queremos en la vida?. La segunda pregunta es: ¿Por qué nos hizo Dios?, o sea ¿Cuál es el propósito de nuestra existencia?