Marquemos la diferenciaMuestra

¿Te gustaría que Jesús te llamara «amigo» a primera vista? Casi puedo oír tu respuesta diciendo. «¡Sí!». Pero ¿te alegraría igual si al que llamara amigo fuera a otro, y le hiciera milagros, y le perdonara? Dios nos dice en esta ocasión que no pensemos lo malo, que no pongamos en duda quién es Jesús. Es decir, que aprendamos a verlo como es: un Dios que se ocupa de lo físico y lo espiritual de aquellos que creen en Él; un Dios que, a pesar de las dudas de muchos, sabe dar buenas cosas a los que creen y tienen puesta la esperanza en Él; un Dios que te amó desde que estabas en el vientre de tu madre, y por eso te trata con cariño y busca tu bienestar. Además, debemos estar seguros de que Jesús es Dios y tiene el mismo poder y autoridad que Dios el Padre. Dios aún seguirá sorprendiéndonos al mostrar su amor por muchos que a nuestros ojos no merecen nada de Él.