15 Días De Revelacion Para VivirMuestra
ES TUYO SI ME LO DAS
“Habita como forastero en esta tierra, y estaré contigo, y te bendeciré, porque a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras, y confirmaré el juramento que hice a Abraham tu padre” (Gen. 26:3).
«No pertenezco aquí» -esa es una reflexión indispensable en el reino de Dios acerca de nuestra estadía en la tierra. Sin importar quienes somos y a qué nos dedicamos, no podemos echar raíces en la tierra. Tengo la capacidad de vivir en este mundo, pero soy celestial. Puedo disfrutar las cosas bajo el sol, pero no considerarme terrenal; tener bienes, pero no posesiones.
Isaac, hijo de Abraham, recibió la orden de habitar en una tierra que no podría llamar propia, considerarse forastero en este mundo toda la vida. Es fácil sentirse ciudadano de este mundo y habituarse a su vivir, pero la encomienda divina es resistirse a ello. Es un asunto de fe. Su padre Abraham también había habitado por la fe como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con sus descendientes. Esto es mucho más que no tener una casa con cimientos, significa no tener el vivir del mundo sin Dios. Así lo entendió el apóstol Pedro al decir: “amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma”. Como recompensa, Dios prometió a Isaac que si se mantenía como forastero en esa tierra, ¡Él le entregaría todas esas tierras! ¡Maravilloso! Además, confirmaría el juramento hecho a su padre. El Pacto se cumpliría en su vida.
He allí el secreto de recibirlo todo, vivir con la conciencia que todo es de Dios. Tendrás lo que no intentes poseer y disfrutarás todo lo que administres para Dios.
Escritura
Acerca de este Plan
Dios habla y lo hace todos los días. Cada una de sus Palabras es poderosa, para realizar absolutamente todo. Tú escuchas pero debes de hacerlo todos los días. Detrás de todas tus necesidades, se encuentra la necesidad de la Palabra de Dios.
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