El Camino Del HéroeMuestra

Personalidad: Conjunto de características y cualidades que constituyen a cada persona y la diferencian de otra.

David tenía una personalidad que, sin duda, se diferenciaba del resto. Pero para los demás, esas diferencias no eran positivas. A los ojos de la gente, David era inferior. Joven, delgado, rubio y hermoso. Todo lo opuesto que se espera de un guerrero, o de un rey que gobierne y proteja al pueblo de los enemigos. Sin embargo, Dios lo diseñó así, tal y como era. Lo escogió, lo llamó, y sin ninguna duda, usó su vida y su personalidad para cuidar de Israel por muchos años. Tanto le agradó a Dios la personalidad de David, que lo incluyó en el árbol genealógico del que hoy es nuestro rey: Jesús.

Algunos intentaron a lo largo de su vida, tratar de hacer de David alguien que no era. Empezando por Saúl, que trató de convertirlo en un guerrero común, colocando en él su propia armadura. Pero David no era para nada común. Y lo más importante: sabía quién era en Dios, y quién era Dios en él.

En el camino del héroe hay una lección imprescindible que debemos aprender: se trata de nuestra identidad en Jesús. Él no solo nos ha creado a su imagen y semejanza, sino que estuvo, está y estará, por lo que conoce todo de todos, y todo de todo lugar, momento y época. No imagino a alguien mejor en quién conformar mi identidad, que Jesús. No sólo nos dirá hacia dónde ir, también nos mostrará quién somos en sus manos, y quién es Él.

David había pasado suficiente tiempo en intimidad con Dios como para saber de qué era capaz, y no sólo eso, sino que además estaba del lado de los suyos, y siempre lo estaría. Sólo alguien completamente loco podría enfrentarse a Goliat, y sólo alguien completamente seguro de Dios podría haberle vencido como David lo hizo.

Hoy debemos preguntarnos si estamos siendo quien Dios dice que somos, o quien la sociedad, la cultura o nuestro alrededor quiere que seamos.