El liderazgo desde el llamado

Gálatas 1:15-16 relata que el apóstol Pablo descubrió su llamado y su visión, pese a lo que se encontraba haciendo. Reconoció que fue por la gracia de Dios y porque a Él le plació, que lo apartó desde el vientre de su madre, y le llamó a revelar a su Hijo en Él, para que lo predicase entre los gentiles. Es decir, cuando el apóstol entra en la revelación de su propósito, camino a Damasco, entiende que lo que estaba haciendo no se parecía a lo que Dios quería de él. Por lo tanto, se conecta con su creador y entiende que su visión es alcanzar a los gentiles (a los no judíos), predicándoles el Evangelio de Jesús, al cual Pablo no conoció personalmente.

Lo que intento describir es que Pablo sabía que estaba en presencia del sueño de Dios, pues él, siendo judío, jamás podría predicarles a los gentiles, pues por la ley mosaica estaba prohibido. Pero, cuando le es revelado su propósito, deja todo lo que hacía, pone por basura todo lo que sabe y se determina a provocar, por medio de la pasión, algo impensable para ese tiempo y para toda una generación que impactó a las que vinieron después.

¿Pablo lo logró? Sí. ¿Cumplió lo que Dios le ordenó? Sí. ¿Parecía imposible? Sí. ¿La visión se acabó con el visionario? NO. La razón de esto es sencilla. Dios necesitaba de un judío como Pablo, religioso a no dar más, para que, por medio del sueño de Dios, yo fuera alcanzado y ser salvado por Jesús. Quizás era necesario que yo escribiera este devocional y que tú que me lees, fueras también enseñado, quizás reconciliado, o a lo mejor, alcanzado.

Pablo cierra el pasaje así: “no consulté en seguida con carne y sangre”. Es decir, antes de hablar con alguien, oró y delante de Dios tuvo la convicción absoluta de que ese era su llamado y la visión que su creador le había encomendado para ese tiempo. Cuando Dios te da una palabra y tú la crees lo que toca es obedecer. En este tiempo alguien necesita que tú hagas algo, para que, a través de eso, pueda alcanzar el propósito de Dios para su vida.

Te doy las gracias por acompañarme durante estos 6 días para aprender a reconocer tu llamado a liderar. Si fue de bendición para ti, compártelo con otros.

Este plan de lectura está inspirado en mi libro Efecto Laberinto, y es parte de los recursos para el liderazgo que puedes encontrar en ELAI: Escuela de Liderazgo de Alto Impacto. Obtén más información aquí: www.liderazgoelai.org