Cómo leer el ApocalipsisMuestra

Ya está preparado el escenario para que el gran drama de la historia se desarrolle ante los ojos de Juan. Según vaya rompiéndose cada sello, tendrán lugar acontecimientos en el cielo que se reflejarán en la tierra.

Los primeros cuatro sellos forman una unidad y en cierto sentido son paralelos. En conjunto se refieren a los que han venido a llamarse «los cuatro jinetes del Apocalipsis».

El primer caballo es blanco. Lleva un arco y una corona. Los enemigos tradicionales del Imperio Romano en su frontera este eran los partos, famosos por su caballería armada con arcos. La imagen de un jinete armado con un arco inmediatamente llevaría a pensar en los temidos partos, cuyas incursiones en el territorio romano causaban terror y muerte.

El segundo caballo no es un rojo pálido, sino un rojo de fuego o de sangre. Al jinete le es dada «una espada muy grande». Es la clase de espada que se usaba blandiéndola como un garrote, para decapitar a los ciudadanos romanos condenados a muerte. Tal espada era símbolo de la autoridad imperial para decretar la pena de muerte. Por eso, el segundo jinete y su caballo se verían como alusiones al Imperio Romano y sus autoridades.

El tercer caballo es negro y su jinete lleva «una balanza en la mano». La balanza es señal del comercio. El tercer jinete con su balanza representa el hambre, causada no sencillamente porque no haya suficiente, sino por un sistema de comercio injusto, un sistema que se sienta sobre su caballo como si fuera el trono de Dios.

El cuarto jinete es el epítome de todos ellos. Este es el único de los cuatro jinetes cuyo nombre se nos dice: «Muerte». Lo acompaña el Hades, el lugar en el que según la tradición los muertos permanecen. Puesto que los otros tres jinetes –la invasión foránea, la injusticia y el desorden domésticos, y el comercio injusto– se pasean sobre la tierra, ahora también la Muerte y hasta el Hades caen sobre ella.

El quinto sello nos sorprende por su contenido inesperado. Nos muestra otra calamidad inexplicable: que a través de las edades tantas personas han sufrido «por causa de la palabra de Dios y del testimonio que tenían». En la visión, las almas están «debajo del altar» porque se pensaba que, así como la sangre de los animales sacrificados se acumulaba bajo el altar, así también las almas de los muertos esperaban la resurrección bajo el altar.

En cierto modo el sexto sello es una respuesta al clamor de los mártires en el quinto sello. Se acerca la hora esperada, y en señal de ello hay toda una serie de catástrofes de proporciones cósmicas. Los cuatro jinetes representaban el daño y la destrucción que son resultado de las acciones humanas. Ahora la destrucción es mucho mayor, y se describe con imágenes poéticas en su mayoría tomadas del Antiguo Testamento.