La Última Semana De Tu VidaMuestra

Se hace el silencio. Parece que nada tiene sentido. Y entonces el miedo entra en acción. Porque el ser humano tiene la necesidad de comprender, de darle sentido a las cosas. Somos seres racionales, y a veces, la situación nos supera.

Pedro y Juan no entendían lo que estaba pasando. Y al ver la tumba vacía tuvieron sentimientos encontrados. Entre gozo e incertidumbre. ¿Era eso posible? ¿Alguien se había llevado el cuerpo? La otra opción era bastante surrealista. Porque de haber resucitado, ellos deberían de saberlo los primeros, al fin y al cabo, eran dos de los discípulos más cercanos a Jesús. Y aún así, tenían dudas.

Pero en seguida vemos, que ni aún ellos, estaban exentos de dudar, de tener temor, de sentir que la situación está descontrolada. De no saber qué ocurre. Y nosotros no somos más que ellos. En medio del silencio, de las situaciones más extrañas, en los momentos de soledad, o de temor, es humano dudar. Pero nosotros tenemos una ventaja que ellos no tenían.

Ellos no habían entendido las Escrituras, porque de hecho, éstas ya lo habían anunciado. Lo que estaban viendo, había sido escrito mucho antes de su propia existencia. Y sin embargo, no entendieron. Qué importante es que podamos pedir al Espíritu Santo que nos ayude a entender. Porque si en medio del silencio, entendemos la Palabra, viviremos el silencio, el miedo, la soledad, de un modo completamente diferente. Si entendemos, la situación no se adueñará de nosotros.