Dos Reinos - Parte 1Muestra

Vive Desde el Amor

¿Te consideras un entusiasta de las matemáticas? ¿Alguien a quién le gustan las fórmulas? No suele haber mucha gente que diga que le gustan las matemáticas. Pero, a veces, la forma en la que vivimos dice todo lo contrario. De hecho, quizás todos quieren fórmulas cuando se trata de la vida. Vamos a intentar explicarlo. A veces la idea de tener fórmulas para nuestra vida suena seguro y llamativo. Por ejemplo, vive una buena vida y las cosas siempre te saldrán bien. O… ora cada día y Dios contestará tus oraciones de lo forma en la que tú quieres.

Hay un peligro en las fórmulas de la vida, somos rápidos para usar “las fórmulas” para sentirnos mejor con nosotros mismos mientras que juzgamos a otros alrededor de nosotros por la forma en la que vivimos. Las “leyes” se convierten en el lente por el que vemos el mundo.

Lee Mateo 5:33-48

A veces pensamos que las leyes de Dios son un contrato con Él, como si estuviéramos haciendo un trato, como una fórmula. Lo que Jesús está enseñando es mucho más grande que eso. Sus leyes están para hacernos ver nuestro corazón. Dios está buscando personas con corazones como el Suyo. ¡Nuestras acciones fluirán desde nuestro corazón!

Leamos el versículo de hoy. ¿Crees que tengas tiempo para leerlo dos veces?

La primera vez que leas el versículo escribe las que creas que son las fórmulas que la gente creía o las leyes bajo las que vivían.

La segunda vez, y mucho más importante, escribe lo que vemos acerca del corazón de nuestro Padre. ¡PELIGRO! ¡Ten cuidado como aplicas lo que aprendes acerca de tu Padre! El enemigo quiere usarlo para condenarte. La respuesta de un hijo o una hija debería ser de asombro y maravilla al ver lo increíble que es su Padre. El maravillarnos nos lleva a amar a nuestro Padre. Mientras más amamos a nuestro Padre más nos haremos como Él y viviremos para lo que fuimos creados para ser.

Termina tomando unos minutos para agradecer a nuestro Padre por quien es Él y por haberte creado para amarlo y servirlo.

Profundiza: Pregúntale a tu Padre si hay alguna área de Su corazón que quiere que Él conozcas hoy.

Sé valiente: Pregúntale si hay personas que Él quiere que veas diferente. Pídele que te muestre como los ve Él. ¿Qué puedes hacer para bendecirlos?

Memoriza: “Pero Yo les digo: amen a sus enemigos y oren por los que los persiguen, para que ustedes sean hijos de su Padre que está en los cielos; porque Él hace salir Su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos" (Mateo 5:44-45 NBLA).