En Tierra ExtrañaMuestra

Autoagresión

Otro problema que podemos tener en tierra extraña es la autoagresión.

Esto ocurre cuando nos echamos la culpa por “lo malo que soy” o “lo pecador que soy”, nos autoboicoteamos y elegimos caminar con esa carga.

No es necesario que nos llenemos la mochila de fracasos y frustraciones, pero de algún modo inconsciente quizás, muchas veces terminamos en esa situación.

Es el infierno mismo quien quiere mantenernos enredados en pensamientos autodestructivos. Voces como “deberías ser más así...” o “deberías ser menos asa…” no vienen de Dios, Él jamás te va a incitar a autoagredirte.

Dios nos amó aun con nuestros fracasos y, sobre todo, quiere que recordemos que Él usa nuestra debilidad para glorificarse, para enseñorearse. Pero para que esto suceda, tenemos que aceptar atravesar la desilusión bajo la gracia de Dios y no tratando de hacernos cargo de todo.

Sé que es más fácil decirlo que vivirlo, pero una buena manera de empezar a combatir estos pensamientos es alabando. En medio del drama, alaba al señor. En medio de la frustración, canta a Dios. Solo Él puede transformar el lamento en baile, no te prives de experimentarlo.