Verdaderamente LibresMuestra

Libres en el servicio

En general, las personas relacionan el servicio a Dios o el servicio a otros como una carga, una obligación y, a veces, hasta con un castigo. Uno de los rasgos de nuestro siglo 21 es el egoísmo y la falta de compromiso para pensar en el otro más que en nosotros. Lo más grave es que este pensamiento reina dentro de aquellos que se consideran cristianos.

La definición de servir es: "Ser apta o útil para el fin que se expresa o estar capacitada para la cosa por la que existe".

Servir a DIOS es un privilegio, necesidad y una consecuencia de nuestra vida cristiana. Parece ser una cosa extraña servir sin esperar nada a cambio. Muchas veces se sirve esperando una contraprestación humana o divina. Creo que ese es un error que nos lleva a servir esperando la devolución de ese servicio o bien creyendo que el servir es un favor que le estamos haciendo a alguien y por lo tanto requiere ser reconocido por ese alguien. Este tipo de mirada produce que el servicio termine siendo una carga y no un placer.

Qué lindo es venir a una iglesia y participar de todos los beneficios que ella trae, pero para que las cosas sucedan debe haber alguien que haga que esas cosas sucedan. Las cosas suceden porque hay alguien detrás que hace que esas cosas sucedan. La gente no está dispuesta a ser parte de que las cosas sucedan porque implica una carga y un trabajo que no están dispuestos a hacer. El servir termina siendo una carga y una esclavitud.

Debemos entender que el servicio es una bendición de Dios y no una carga, que servimos a Dios y no a los hombres. Debemos ser libres de la carga de servir. Somos esclavos del servicio cuando lo hacemos por el cargo o para ser vistos, cuando el servicio es una forma de entretenimiento, cuando servimos sin amar a nuestro prójimo, cuando condicionamos a Dios a mi agenda y no pongo mi agenda al servicio de Él y también terminamos siendo esclavos del servicio cuando somos infelices haciéndolo.

Es necesario para servir con alegría comprender el propósito por el cual servimos, entender que lo hacemos para Dios, poniendo el foco en Él, debemos abandonar nuestro ego y poniendo en práctica lo que hemos aprendido, recibido, oído y visto.

Hoy más que nunca se necesitan hombres y mujeres que sirvan con alegría, pasión, propósito. No debemos escaparle al servicio. Si queremos ser prosperados y vivir en la libertad de ser verdaderos hijos de Dios, no pensemos en evadir el servicio sino pensemos en hacer punta en el servicio a Dios.

Dios quiere liberarte de una vida egoísta y escasa y te pide que te empoderes de la responsabilidad que Él tiene para tu vida. Evadiendo el mandato vivirás en esclavitud, cumpliéndolo serás verdaderamente libre.