Todopoderoso

Si yo tuviera hambre, no te lo diría, pues mío es el mundo y todo lo que contiene.

Salmos 50:12

Dios no necesita nada de nosotros. Sus mandamientos son para protegernos a nosotros. Sus promesas son beneficios para nosotros.

No necesita nuestra alabanza para sentirse bien, ni tampoco nuestras oraciones para sentirse útil.

No necesita nuestra santidad para poder brillar, ni tampoco nuestra obediencia para estar fuerte.

Dios es Dios. No requiere de nada, ni de nadie. Si dependiera de algo o alguien ya no sería Dios. La Biblia nos muestra la grandeza de Su poder (Job 38-40), la eternidad de Su misericordia (Salmos 103:17), lo profundo de Su amor (Efesios 3:18-19).

Dios está sentado en su trono y gobierna perfectamente en cada uno de los asuntos del universo, en lo visible y en lo invisible. No necesita nuestro consejo, ni nuestras opiniones. Él es Omnisciente y Todopoderoso. Nada es imposible para Él.

Dios no se alimenta de nuestros sacrificios. Pero recibe nuestra gratitud como ofrenda y nuestras promesas cumplidas le honran, pues damos a conocer Su Nombre.

Dios no nos pide que hagamos algo por Él pero no invita a que le clamemos cuando estemos en angustia y nos libertará.