Busca su rostro

El corazón me dice: “Busca su rostro” . Y yo, SEÑOR, tu rostro busco.

Salmos 27:8

Cuando Dios nos invita a buscarle es para bendecirnos. Nuestro corazón ha sido diseñado para que busquemos a su Creador. Cuando sentimos la aridez de nuestra vida al alejarnos de Dios debemos volver a buscarle con todo nuestro ser. Dios es la fuente de agua que necesitamos beber en medio del desierto.

Busquemos al SEÑOR, porque en el día de la aflicción:

Nos resguardará en su morada. Al aceptar a Cristo en nuestro corazón como nuestro Señor y Salvador, dejamos de ser extraños en la Presencia de Dios. Él nos recibe en su morada, habitamos en la casa de Dios.

Al amparo de su tabernáculo nos protege. En el lugar donde le adoramos podemos sentir su protección, nos permite exaltarle y ser parte del coro que le exalta por la eternidad.

Nos pondrá en alto sobre una roca. Después de pasar la tormenta podremos mirar cuán alto es el refugio en el cual Dios nos ha puesto. Podemos estar seguros en Él.

Nos hará prevalecer frente a los enemigos que nos rodean. Todos los días enfrentamos una lucha contra el pecado, las tentaciones, las ideologías contrarias a la Palabra, pero al buscar a Dios y esforzarnos por obedecerle nos garantiza una victoria segura. Y aun cuando seamos derrotados en una batalla, la guerra está ganada.