Esclavitud ModernaMuestra

¡No seas parte!

La historia cuenta sobre un joven en la playa, que recogía estrellas de mar del suelo para lanzarlas de nuevo al océano. Un anciano, observándolo, le preguntó: – Pero, ¿qué estás haciendo? A lo que el joven respondió: – Salvo a las estrellas de mar que se han quedado encalladas en la orilla. Si las dejo aquí y les da el sol de la mañana, morirán... Así que las devuelvo a donde deben estar.

El anciano replicó: – Pero hijo, ¿no te has dado cuenta de que la playa se extiende a lo largo de cientos de kilómetros y que hay miles de estrellas en la orilla? La tuya es una batalla perdida; no puedes tener éxito, no puedes salvarlas a todas.

El joven miró la estrella que tenía en su mano, sonrió y con fuerza la lanzó de nuevo al océano mientras exclamaba: – No podré salvarlas a todas, pero a esta sí. Esta es mi batalla. ¡Y la he ganado!

En este punto, tal vez te preguntes: ¿Qué puedo hacer yo frente a la dolorosa situación que miles de personas alrededor del mundo sufren con el tráfico sexual? ¿Realmente puedo hacer una diferencia? El proverbista (Proverbios 31:8-10) nos ofrece un sabio consejo, que parece más bien una petición urgente: “¡Levanta la voz por los que no tienen voz! ¡Defiende los derechos de los desposeídos! ¡Levanta la voz y hazles justicia! ¡Defiende a los pobres y necesitados!”.

Hoy en día, hay personas en condición de explotación sexual que no tienen voz, que están viviendo injusticias y se encuentran en un estado de vulnerabilidad y necesidad muy grande. Por tanto, estás llamado a:

• Visibilizar la explotación sexual. Infórmate sobre lo que está sucediendo, consulta fuentes fiables, revisa estadísticas y estudios, y habla sobre ello con otras personas. Las víctimas están en “cuartos oscuros” y nosotros podemos llevarles luz.
• Denunciar. Si sospechas de algún caso, busca a las autoridades competentes en tu país y realiza una denuncia.
• Ser un apoyo. Si conoces a alguien en una situación vulnerable, tu apoyo puede ser crucial. A veces, solo escuchar y estar ahí para esa persona puede hacer una gran diferencia. Otras veces, puede ser necesario buscar ayuda profesional o de organizaciones dedicadas a luchar contra estas formas de explotación.
• No convertirte en consumidor. La trata de personas alimenta la industria pornográfica. Muchas de sus víctimas son obligadas o extorsionadas con fotografías y videos que llegan al consumidor, que cada vez tiene más demanda.
• Defender el diseño original. La industria musical y de marketing muchas veces cosifica a la mujer. La mujer fue creada con el mismo valor y dignidad que el hombre. Cada vez que consumes música que degrada su dignidad y valor, estás siendo parte del problema.

Lo que debe mover tus acciones es el amor por el prójimo. Puede ser que no conozcas personalmente a ninguna de las víctimas, pero cuando hay un genuino interés por ellas, podemos ser movidos a compasión, tal como Jesús cuando veía a las multitudes necesitadas y sin pastor.

La Madre Teresa de Calcuta, refiriéndose al cuidado de los más necesitados, dijo: “Cuando un pobre muere de hambre, no ha sucedido porque a Dios no le importe él o ella. Sucede porque ni tú ni yo hemos dado a esa persona lo que necesitaba”. Esto es real también para las injusticias que viven las personas que están en esclavitud.

Reflexiona:

¿De qué manera mis acciones, aunque pequeñas, pueden contribuir a un cambio significativo en mi comunidad o en el mundo?

¿Cómo puedo ser más consciente de las problemáticas globales como la esclavitud moderna y actuar en consecuencia?

¿Qué significa para mí ser la voz de los que no tienen voz, y cómo puedo llevar esto a la práctica?

¿De qué formas puedo mostrar amor y compasión a quienes están en situaciones de vulnerabilidad?

Por: Margarita Orozco, Creadora de contenido de Conectar Global

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