AudacesMuestra
Sé audaz
“Vamos, vamos, ¡Jerónimo!” Esta fue la frase entusiasta que pronunció Dorothy Hoffner al subir al helicóptero que ascendería a cuatro mil cien metros de altura y desde donde ella saltaría en paracaídas para romper el récord Guinness, al ser la persona más longeva en hacer este escalofriante salto. A sus ciento cuatro años, tenía este sueño por cumplir aún, y lo consiguió. El salto, que duró unos siete minutos, concluyó sin complicaciones, todo fue un éxito. Cuando le preguntaron por las limitaciones que podría suponer la edad, Dorothy respondió: “La edad solo es un número”. Una semana después, fallecería mientras dormía. Su próxima meta era ser la persona de más edad en subirse y volar en un globo aerostático. Nunca dejó de tener sueños.
Moisés era un octogenario cuando Dios lo llamó para enfrentar a la figura de poder más temida del mundo conocido, el faraón de Egipto. Lideró una rebelión sin el uso de la espada. Su proeza conmueve al mundo aún hoy. Fue un adalid sin parangón. Creyó a Dios y fue osado. La historia, sin dudas, les pertenece a los valientes.
Caleb, tenía ochenta y cinco años cuando le pidió a Josué que le permitiera conquistar Hebrón. Él tenía una promesa dada por Dios. Ese monte le sería dado en heredad y nunca perdió la esperanza de conseguirlo, aunque habían pasado cuatro largas décadas desde entonces. No perdió la ilusión, aunque aquello que anhelaba se había demorado mucho más de lo esperado. Cuando vio la oportunidad otra vez, se abrió camino, enfrentó los desafíos y logró su anhelada meta.
“La edad solo es un número”, como dijo Dorothy Hoffner, pero lamentablemente, algunos ven la edad como una excusa. Sin importar la edad que tengas, la audacia es una actitud, no es algo que viene o va según la edad, es una virtud que se atesora a pesar de cualquier etapa de la vida en la que se esté.
Mirad al jovenzuelo David siendo intrépido y derribando a Goliat ante la mirada jubilosa del pueblo que otrora estaba intimidado y sin esperanzas. Atisbe a Jeremías, que argüía, ante el llamado santo, que era un niño y que no podría, pero pudo. ¿Cómo no va a poder aquel que pone en Dios su confianza? Niño, joven, anciano, Dios es un Dios de generaciones. No es si Dios puede usarte, es si tú crees.
No te pongas límites, sé audaz.
Escritura
Acerca de este Plan
Estoy convencido de que para alcanzar aquellas cosas que deseamos se va a necesitar, en primer lugar, una dosis correcta de valentía. Los recursos, las oportunidades, los logros, van a llegar si nos encuentran siendo tenaces, arriesgados, viviendo con coraje. El miedo es el mayor de los adversarios del progreso. Hay que combatirlo con arrojo, con enérgica osadía. Este plan devocional es una invitación a vivir con audacia
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Nos gustaría agradecer a Como Jesús por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.instagram.com/osmanycruz/