AudacesMuestra
Si estás aquí, ten valor
Cuando mi madre tenía cuatro meses de embarazo y yo nadaba plácidamente en mi piscina particular de líquido amniótico dentro de ella, sucedió algo que casi causa mi salida de este mundo antes de siquiera hacer mi primera presentación pública. Resulta que mi madre había terminado su jornada de trabajo, se dirigía a casa y cruzó la calle sin prestar atención. No llegó a la otra acera, sino que fue atropellada de repente por un camión, el cual casi termina pasándole por encima. La llevaron al hospital, chequearon que todo estuviera bien y para asombro de los facultativos, ni a mi madre ni a mí nos pasó nada. No hubo consecuencias de aquel episodio, ni secuelas de ningún tipo (bueno mi esposa no opina lo mismo, sino que justifica muchas de mis conductas aduciendo que son el efecto de esa causa primera, la del atropellamiento). La cuestión es que, recordando por estos días el episodio, decido preguntarle a mi madre una vez más sobre el mismo. Le hago una video llamada y ella me confirma el relato, solo que me añade un dato curioso relacionado con el tópico de los accidentes y que yo desconocía. Ella me dice que esa no era la primera vez que la atropellaban, que ya de jovencita un coche se había estampado contra ella y que igualmente no tuvo ni fracturas, ni daños permanentes. Así que me di cuenta, que por dos ocasiones casi no nazco, lo cual es bastante curioso si lo piensas de esta manera. A la par, le dije a mi madre que tuviera cuidado en próximas incursiones en vías públicas, especialmente al cruzar, calles y avenidas.
La cuestión es esta, nací, estoy aquí, y eso es bueno. A diferencia de Cioran, no creo que existir sea un inconveniente. La vida es un milagro, aun cuando no tengas un historial de accidentes viales en tu pasado inmediato. Entre millones de posibilidades, naciste, nací; hay un coraje intrínseco en esto. Lo conseguimos, Dios así lo quiso. Es, por tanto, un proceder errático vivir con pusilanimidad. Si estamos aquí y ahora, seamos valientes. No seamos la causa de nuestras limitaciones.
Si has postergado un sueño, un proyecto, un deseo, decide ir a por él. Cambia cualquier mentalidad limitadora por aquellas promesas divinas que te dan alas. Dios nos vio antes de que todo fuese, nos formó en el vientre de nuestras madres. Tenemos impreso en nuestro ser su huella. Mostrémosle al mundo que somos una gran idea de Dios, viviendo con valor.
Acerca de este Plan
Estoy convencido de que para alcanzar aquellas cosas que deseamos se va a necesitar, en primer lugar, una dosis correcta de valentía. Los recursos, las oportunidades, los logros, van a llegar si nos encuentran siendo tenaces, arriesgados, viviendo con coraje. El miedo es el mayor de los adversarios del progreso. Hay que combatirlo con arrojo, con enérgica osadía. Este plan devocional es una invitación a vivir con audacia
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Nos gustaría agradecer a Como Jesús por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.instagram.com/osmanycruz/