Cómo Organizar Mis Devocionales DiariosMuestra

Oyendo la Palabra de Dios diariamente

En el Antiguo Testamento podemos ver a Moisés exhortando a los Israelitas a escuchar la Palabra de Dios. En aquella época las personas no tenían copias individuales de la Palabra de Dios a su disposición para leer. El Nuevo Testamento también nos dice que la fe viene por el oír la Palabra de Dios. Como vivimos en un mundo digital, hay algunos cristianos que dicen que solo oyen sermones bíblicos para sus devocionales diarios. Tal vez los encuentran más fáciles de comprender y disfrutan más oír a su predicador favorito explicar la Biblia, que tener que leer el Antiguo y Nuevo Testamento directamente. ¿Acaso escuchar audios de sermones cristianos sustituye leer la Palabra de Dios?

La respuesta es no. Es verdad que vivimos en una cultura bendecida con variedad de materiales cristianos. Tenemos acceso a muchas enseñanzas acerca de la Palabra de Dios realizadas por muchos eruditos y sermones acerca de la Palabra de Dios predicados por diferentes predicadores. Sin embargo, este material extra acerca de la Biblia no debe reemplazar la lectura directa de las Escrituras. Todo ese material debería complementar nuestra lectura de la Palabra de Dios, no sustituirla.

Aún podemos utilizar el avance tecnológico actual a nuestro favor. Por ejemplo, podemos escuchar la Biblia leída en voz alta. Podemos hacer uso de algún software, como YouVersion, para escuchar la Palabra de Dios durante el día. Por ejemplo, podemos escuchar la Biblia durante nuestro viaje al trabajo todos los días. De esa manera, los sermones y enseñanzas acerca de la Biblia son complementos extraordinarios que nos pueden ayudar a comprender mejor la Palabra de Dios. Pero no deben sustituir nuestra lectura de la Palabra misma.

Hay algo milagroso que pasa cuando recibimos la palabra de Dios directamente en nuestras mentes y corazones. El Espíritu Santo usa la Biblia para edificarnos, transformarnos, renovarnos y cambiarnos a la imagen de Cristo. Las Escrituras nos prometen que cuando nos miremos atentamente en el espejo de la Palabra de Dios, meditando en ella y aplicándola a nuestras vidas, seremos cambiados a la imagen de Cristo y reflejaremos la gloria de Dios.