Qué Dice La Biblia De Tu TrabajoMuestra

¿CÓMO TRABAJAREMOS MIENTRAS TANTO?
Un llamado a la fidelidad en nuestra labor

En un mundo quebrado por el pecado, el trabajo puede convertirse fácilmente en una fuente de estrés, ansiedad, e incluso desesperanza. Sin embargo, el mensaje de la Biblia y, en particular, las enseñanzas de Pablo a los tesalonicenses, nos recuerdan que el trabajo es una esfera de la vida profundamente tocada y transformada por el evangelio de Jesucristo.

El trabajo como reflejo del orden divino

Pablo, al dirigirse a los tesalonicenses, resalta una verdad fundamental: el trabajo es una manifestación del orden creado por Dios. Quien ha sido transformado por Cristo descubre en su trabajo una oportunidad para vivir según el nuevo orden del reino de Dios. El trabajo, lejos de ser una maldición, es una bendición, un medio para glorificar a Dios y servir al prójimo.

Todo trabajo es Importante para Dios

Pablo desafía la división entre lo sagrado y lo secular al presentar su propio ejemplo de labor manual. No hay trabajo "menos espiritual" que otro. Cada labor, realizada con integridad y dedicación, es un acto de culto a Dios. Esta verdad nos libera de buscar nuestra identidad en el éxito laboral y nos invita a encontrarla en nuestra relación con Cristo.

La dignidad del Trabajo

"Si alguno no quiere trabajar, que tampoco coma" (2 Tesalonicenses 3:10). Estas palabras resuenan no como un castigo, sino como un recordatorio de la dignidad inherente al trabajo. Dios ha diseñado la creación de tal manera que a través de nuestro trabajo, participamos en su provisión y cuidado para nosotros y para los demás.

Trabajar con esperanza

Esperar la segunda venida de Cristo no es una excusa para la inactividad, sino un llamado a trabajar con mayor fervor y esperanza. Nuestro trabajo aquí y ahora tiene valor eterno y contribuye al reino de Dios que está por venir.

Versículos relacionados con la visión bíblica del trabajo

"El que robaba, no robe más; más bien, trabaje, haciendo con sus manos algo útil, para que tenga con qué compartir con quien esté en necesidad" (Efesios 4:28).

Este versículo enfatiza la transformación que el evangelio opera en la vida del creyente, llevándolo a trabajar no solo por su propio beneficio, sino también por el bien de los demás.

"Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia; porque a Cristo el Señor servís" (Colosenses 3:23-24).

Aquí se nos recuerda que nuestro trabajo diario es, en realidad, un servicio a Cristo, y que en Él encontramos la verdadera recompensa de nuestra labor.

"Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el jardín de Edén, para que lo labrara y lo guardase" (Génesis 2:15).

Desde el principio, el trabajo fue designado por Dios como una forma de cuidado y colaboración en su creación, estableciendo el trabajo como una parte fundamental de la dignidad humana.

Aplicaciones prácticas para nuestro trabajo hoy

Busca la excelencia, no la perfección: Nuestro trabajo debe reflejar nuestro deseo de glorificar a Dios, no nuestra búsqueda de aprobación humana.

Encuentra alegría en el servicio: Considera cómo tu trabajo sirve a otros y refleja el amor de Dios al mundo.

Mantén una perspectiva eterna: Recuerda que tu trabajo tiene valor eterno y contribuye a la misión de Dios en el mundo.

En conclusión, mientras esperamos la consumación del reino de Dios, nuestro trabajo es una arena en la que vivimos nuestra fe de manera práctica y tangible. En Cristo, encontramos la fuerza y la motivación para trabajar "tranquilamente", con gratitud y esperanza, sabiendo que nuestro labor en el Señor no es en vano.

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Este plan devocional es parte de la serie de enseñanzas “Qué dice la Biblia de tu trabajo” disponible en RightNow Media. Consigue más información aquí.