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Llamados a orar

DÍA 2 DE 3

¿Por qué debo orar?

Orar es serio y es serio dejar de orar. Los discípulos lo supieron por las malas, especialmente Pedro, quien erró el blanco más que cualquiera de sus compañeros. Jesús convidó a Jacobo, a Juan y a Pedro para orar con él (Marcos 14:32-34). Sin embargo, ellos no pudieron hacerlo. El sueño los venció, no estuvieron a la altura del momento tan señalado que estaban viviendo. El costo fue alto. Pedro tiró por tierra todas las enseñanzas de Jesús sobre la mansedumbre, el amor y la compasión al cortar la oreja de Malco. Huyeron cobardemente cuando se sintieron amenazados y Pedro, que llegó hasta el patio de la cárcel, donde tenían preso a Jesús, le negó, no una, sino tres veces, usando palabras blasfemas.Y es que cuando uno no ora lo suficiente, repite aquellas cosas que había abandonado hacía ya tiempo. Aquel hablar virtuoso aprendido del Maestro se perdió de repente, y la boca del apóstol se convirtió en la de un vulgar carretonero.

¿Por qué Jesús les pide que oren? ¿Acaso porque Él lo necesitaba para cumplir su misión? Desde luego que no. Jesús les pidió que oraran por causa de ellos mismos. Ellos necesitarían estar fortalecidos, ¿y qué mejor medio de fortaleza que la oración? El hecho de que Jesús se lo pidiera debería haber sido suficiente acicate para mantenerse orando. Una forma de no dormirse, era haber orado caminando. De esa manera lo habrían conseguido. En caso de haberse quedado dormidos, se habrían dado cuenta sin dudas. No fueron astutos, la excusa del sueño debilitó sus voluntades.

Debían haber orado porque la oración tiene un componente preventivo poderoso. El Señor les dijo que lo hicieran para que no entraran en tentación (Mr. 14:38). La tentación solo puede ser vencida si estamos acorazados con la oración. De ahí vino la falta de autoridad y de coraje para enfrentar el desafío de mantenerse incólumes en la prueba.

Dios, a pesar de todo, no desecha a aquel grupo temeroso de apóstoles dispersos. En Juan 21, Jesús se les aparece a varios de ellos, incluyendo a Pedro, cocina para ellos un delicioso desayuno y los recupera con compasión. Pedro, especialmente, es restaurado al ministerio por medio de Jesús, quien tres veces le pide que pastoree sus ovejas en contraposición a las tres veces que le negó anteriormente. ¿No es maravilloso nuestro Dios?

Me uno a las palabras del insigne evangelista Moody quien dijo: “Si tienes tantas cosas que hacer que no te queda tiempo para orar, créeme, tienes más cosas de las que Dios quiere que tengas”.

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Acerca de este Plan

Llamados a orar

Orar es primordial para el desarrollo de una saludable relación con Dios. Es nuestro privilegio y nuestro gozo. Podemos hablar con Dios sin necesidad de intermediarios humanos, cara a cara. En este plan bíblico te hablo de la importancia de orar y de hacerlo de una manera frecuente y vigorosa.

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Nos gustaría agradecer a Como Jesús por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.instagram.com/osmanycruz/