Que El Mundo CreaMuestra
Una oración eterna
C.S. Lewis acertadamente señaló que orar por alguien es una expresión de amor. ¿Has sentido alguna vez el impacto de una oración? ¿Has sido sostenido por la fe de otros? Jesús, nuestro gran Sumo Sacerdote, también oró por ti y por mí, mucho antes de que siquiera conociéramos su nombre. En Juan 17, encontramos una de las oraciones más hermosas jamás registradas. Jesús intercedió para que creamos en el evangelio: “No ruego sólo por estos. Ruego también por los que van a creer en mi nombre por el mensaje de ellos” (Juan 17:20). ¡Qué privilegio saber que fuimos parte de sus pensamientos y oraciones!
Gracias a su sacerdocio eterno, Jesús continúa intercediendo por nosotros: “5Por eso también puede salvar por completo a los que por medio de él se acercan a Dios, ya que vive siempre para interceder por ellos” (Hebreos 7:25). Su oración sacerdotal es el fundamento de nuestra salvación. ¿Cómo podemos responder a este inmenso amor?
Agradezcamos: Demos gracias a Dios por su anticipada misericordia y por su amor inagotable: Den gracias al Señor porque él es bueno; su gran amor perdura para siempre (Salmo 107:1)
Imitemos: Sigamos el ejemplo de Jesús y oremos por la salvación de los demás, sin importar quiénes sean. Pidamos que confiesen a Jesús como Señor y crean en su resurrección: Esta es la palabra de fe que predicamos: 9 que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo (Romanos 10:9).
Confiemos: Recordemos que la salvación es un regalo de Dios, no algo que podamos ganar por nuestras obras. La fe es el único requisito: 8 Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe. Esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios y 9 no por obras, para que nadie se jacte (Efesios 2:8-9).
Al orar por los demás, no solo estamos cumpliendo un mandamiento, sino que también estamos experimentando la misma alegría que sintió Jesús al ver a alguien venir a Él.
Hoy te invito a hacer una lista de personas por las que orarás para que puedan responder al llamado de Salvación. Dedica unos momentos cada día a interceder por ellas. Al hacerlo, te unirás a la oración sacerdotal de Jesús y contribuirás a la expansión del reino de Dios, cumpliendo así con el gran mandamiento: amar al prójimo como a ti mismo; y con la gran comisión: Llevar el evangelio a toda persona.
Acerca de este Plan
¿Sabías que nuestra unidad es el testimonio más poderoso al mundo? Acompáñanos en este devocional y descubre cómo vivir en armonía con otros creyentes puede transformar nuestra sociedad. Juntos, podemos mostrar al mundo el amor de Cristo.
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Nos gustaría agradecer a TRUE INFLUENCERS por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://conectarglobal.com/