Algo Más Fuerte: Cómo Manejar Los Problemas de la Vida

Día 1: El desorden

Tómate un momento para ver este video, "Algo Más Fuerte":

El desorden es parte de la vida.

Algunos líos son inevitables. Puede que te encuentres en medio de un desacuerdo familiar o de una situación complicada en el trabajo. O tal vez tengas un niño pequeño que se mete en líos (y te mete a ti también) a menudo.

Pero nos metemos en muchos líos, como el lío que Nick encuentra en Algo Más Fuerte. A esos líos los llamamos “pecado”. El pecado ocurre cuando decidimos priorizar lo que queremos por sobre lo que Dios quiere.

En los próximos días, hablaremos sobre cómo lidiar con el desorden cuando nos encontramos en uno. Sobre lo imposible que es limpiar nuestros propios desastres y lo que se necesita para librarse de ellos de una vez por todas.

Pero hoy vamos a hablar de lo que sucede antes de que ocurra el pecado.

A veces, el pecado puede parecer inevitable. Lo vemos venir, sabemos que vamos a decir algo que no deberíamos decir o hacer algo que no deberíamos hacer. Y, a veces, creemos que no hay nada que podamos hacer al respecto. La tentación de pecar puede parecer muy fuerte.

Pero la verdad es que todo pecado es evitable. Aunque somos personas imperfectas que cometemos errores de vez en cuando, ningún pecado está escrito en piedra. La Biblia incluso dice que, cuando nos enfrentamos a la tentación, Dios siempre nos proporciona una salida.

Eso no significa que tomar esa salida siempre resulte fácil. A veces, evitar la tentación puede resultar muy, muy difícil, pero es posible evitar un desastre antes de que ocurra.

¿Cómo lo hacemos? En primer lugar, es importante tener conciencia de uno mismo. Es necesario saber de qué manera uno es vulnerable al pecado. Si no estás seguro, pídele a Dios que te dé ojos para ver las áreas problemáticas.

En segundo lugar, debes tener un plan. En lugar de dejar que el pecado te tome por sorpresa, piensa bien qué harás cuando te enfrentes a él. Conocer de antemano tus rutas de escape puede marcar una gran diferencia.

En tercer lugar, la rendición de cuentas es importante. Contarle a una persona de confianza sobre las tentaciones a las que te enfrentas puede ayudarte a seguir con tu plan cuando surjan esas tentaciones.

Mañana hablaremos de lo que hacemos cuando nos encontramos en medio de un caos de pecado. Pero por ahora, terminemos el día leyendo la reflexión y la oración que aparecen a continuación.

Reflexión: ¿En qué áreas de la vida eres más vulnerable al pecado? Dedica un tiempo a pensar en las tentaciones que enfrentas con más frecuencia y luego haz un plan que te ayude a evitar ese pecado en el futuro. Piensa en a qué amigo o familiar podrías recurrir para rendirle cuentas.

Oración: Padre, gracias por estar siempre conmigo, especialmente cuando me enfrento a la tentación de pecar. ¿Me harías consciente de las formas en las que soy más vulnerable a la tentación y me ayudarías a pensar en cómo puedo evitar el pecado en el futuro? Gracias por nunca dejarme enfrentar el pecado por mi cuenta; pase lo que pase, siempre me provees una salida. En el nombre de Jesús, amén.

Escrito por: Laura Ketchum