SEÑOR, tú eres justo y tus leyes son justas. Justos son los mandatos que has ordenado y muy dignos de confianza. Mi celo me consume, porque mis adversarios pasan por alto tus palabras. Tus promesas han superado muchas pruebas, por eso tu siervo las ama. Soy insignificante y despreciado, pero no me olvido de tus preceptos. Tu justicia es justicia eterna y tu Ley es la verdad. Angustia y aflicción han caído sobre mí, pero tus mandamientos son mi regocijo. Tus mandatos son siempre justos; dame entendimiento para poder vivir.
Leer Salmo 119
Escuchar Salmo 119
Compartir
Comparar todas las versiones: Salmo 119:137-144
¡Guarda versículos, lee sin conexión, mira videos didácticos y más!
Inicio
Biblia
Planes
Videos