Odio a los que adoran ídolos vanos; yo, por mi parte, confío en ti, SEÑOR. Me alegro y me regocijo en tu amor, porque tú has visto mi aflicción y conoces las angustias de mi alma. No me entregaste al enemigo, sino que me pusiste en lugar espacioso. Tenme compasión, SEÑOR, que estoy angustiado; el dolor debilita mis ojos, mi alma y mi cuerpo. La vida se me va en angustias y los años en lamentos; la aflicción está acabando con mis fuerzas y mis huesos se van debilitando. Por causa de todos mis enemigos, soy motivo de desprecio para mis vecinos; soy un espanto para mis amigos; de mí huyen los que me encuentran en la calle. Me han olvidado, como si hubiera muerto; soy como una vasija hecha pedazos. Son muchos a los que oigo murmurar: «Hay terror por todas partes». Se han confabulado contra mí y traman quitarme la vida.
Leer Salmo 31
Escuchar Salmo 31
Compartir
Comparar todas las versiones: Salmo 31:6-13
¡Guarda versículos, lee sin conexión, mira videos didácticos y más!
Inicio
Biblia
Planes
Videos