Señor, yo confío en ti, pero odio a los que adoran ídolos huecos. Yo me lleno de alegría por tu misericordia, pues tú has tomado en cuenta mi aflicción y conoces las angustias de mi alma. No me has puesto en manos de mi adversario; más bien, me has plantado en lugares amplios. Ten misericordia de mí, Señor, porque estoy muy angustiado. Mis ojos se consumen de tristeza, lo mismo que mi alma y todo mi ser. Mi vida se va consumiendo de dolor; mis años transcurren en medio de suspiros. La maldad acaba con mis fuerzas, y hasta mis huesos se van debilitando. Todos mis enemigos se burlan de mí, y más aún mis vecinos; ¡soy el hazmerreír de mis conocidos! Los que me ven en la calle, huyen de mí. Me han olvidado, como a los muertos; hasta parezco una vasija hecha pedazos. Puedo oír cómo muchos me calumnian: «¡Hay terror por todas partes!», y mientras tanto, todos conspiran contra mí y hacen planes para matarme. ¡Solo piensan quitarme la vida!
Leer Salmos 31
Compartir
Comparar todas las versiones: Salmos 31:6-13
¡Guarda versículos, lee sin conexión, mira videos didácticos y más!
Inicio
Biblia
Planes
Videos