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Salmos 18:1-24

Salmos 18:1-24 DHH94I

1 (2b) Tú, Señor, eres mi fuerza; ¡yo te amo! 2 (3) Tú eres mi protector, mi lugar de refugio, mi libertador, mi Dios, la roca que me protege, mi escudo, el poder que me salva, mi más alto escondite. 3 (4) Tú, Señor, eres digno de alabanza: cuando te llamo, me salvas de mis enemigos. 4 (5) La muerte me enredó en sus lazos; sentí miedo ante el torrente destructor. 5 (6) La muerte me envolvió en sus lazos; ¡me encontré en trampas mortales! 6 (7) En mi angustia llamé al Señor, pedí ayuda a mi Dios, y él me escuchó desde su templo; ¡mis gritos llegaron a sus oídos! 7 (8) Hubo entonces un fuerte temblor de tierra: los montes se estremecieron hasta sus bases; fueron sacudidos por la furia del Señor. 8 (9) De su nariz brotaba humo, y de su boca un fuego destructor; ¡por la boca lanzaba carbones encendidos! 9 (10) Descorrió la cortina del cielo, y descendió. ¡Debajo de sus pies había grandes nubarrones! 10 (11) Montó en un ser alado, y voló deslizándose sobre las alas del viento. 11 (12) Tomó como escondite, como tienda de campaña, la densa oscuridad que lo rodeaba y los nubarrones cargados de agua. 12 (13) Un fulgor relampagueante salió de su presencia; brotaron de las nubes granizos y carbones encendidos. 13 (14) El Señor, el Altísimo, hizo oír su voz de trueno desde el cielo; granizos y carbones encendidos. 14 (15) Lanzó sus rayos como flechas, y a mis enemigos hizo huir en desorden. 15 (16) El fondo del mar quedó al descubierto; las bases del mundo quedaron a la vista por la voz amenazante del Señor, por el fuerte soplo que lanzó. 16 (17) Dios me tendió la mano desde lo alto, y con su mano me sacó del mar inmenso. 17 (18) Me salvó de enemigos poderosos que me odiaban y eran más fuertes que yo. 18 (19) Me atacaron cuando yo estaba en desgracia, pero el Señor me dio su apoyo: 19 (20) me sacó a la libertad; ¡me salvó porque me amaba! 20 (21) El Señor me ha dado la recompensa que merecía mi limpia conducta, 21 (22) pues yo he seguido el camino del Señor; ¡jamás he renegado de mi Dios! 22 (23) Yo tengo presentes todos sus decretos; ¡jamás he rechazado sus leyes! 23 (24) Me he conducido ante él sin tacha alguna; me he alejado de la maldad. 24 (25) El Señor me ha recompensado por mi limpia conducta en su presencia.