Salmos 105:38-45
Salmos 105:38-45 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Los egipcios se alegraron de su partida, pues el miedo a los israelitas los dominaba. Él los cubrió con una nube y con fuego los alumbró de noche. Pidió el pueblo comida y les envió codornices; los sació con pan del cielo. Abrió la roca y brotó agua que corrió por el desierto como un río. Se acordó Dios de su santa promesa, la que hizo a su siervo Abraham. Sacó a su pueblo, a sus escogidos, en medio de gran alegría y de gritos jubilosos. Les entregó las tierras que poseían las naciones; heredaron el fruto del trabajo de otros pueblos para que ellos observaran sus estatutos y pusieran en práctica sus leyes.
Salmos 105:38-45 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Cuando ellos salieron de Egipto los egipcios se alegraron, pues les tenían mucho miedo. A nuestros abuelos Dios los protegió con una nube, y de noche los alumbró con fuego. Ellos pidieron comida, y Dios les envió codornices; ¡calmó su hambre con pan del cielo! Partió una piedra en dos, y brotó agua como un río que corrió por el desierto. Dios nunca se olvidó de la promesa que él mismo le hizo a Abraham, su servidor. Entre cantos y gritos de alegría nuestro Dios sacó de Egipto a su pueblo elegido, para darle como propiedad las tierras de otros pueblos. ¡Nuestros abuelos se adueñaron de las tierras cultivadas por otros! Pero Dios les puso como condición que respetaran y practicaran sus mandamientos y sus leyes.
Salmos 105:38-45 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Cuando el pueblo salió, los egipcios se alegraron, pues ante ellos sentían un profundo terror. En el desierto los cubría una nube, y un fuego los alumbraba de noche. Pidieron comida, y Dios les mandó codornices; sació su hambre con el pan que cayó del cielo. Dios partió la peña, y fluyeron aguas que corrieron como ríos por el desierto. Dios se acordó de su santa palabra, y de su juramento a Abrahán, su siervo. Su pueblo salió con gran gozo; sus elegidos salieron con gran júbilo. Dios les dio las tierras de otras naciones, lo mismo que los frutos de esos pueblos, para que obedecieran sus preceptos y cumplieran todos sus mandatos. ¡Aleluya!
Salmos 105:38-45 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Los egipcios se alegraron de verlos partir, pues estaban aterrados. Dios extendió una nube para cubrirlos y un fuego para alumbrarlos de noche. Pidieron comida, y les mandó codornices, y con pan del cielo los dejó satisfechos. Partió la roca, y de ella brotó agua que corrió por el desierto como un río. Pues se acordó de la santa promesa que había hecho a su siervo Abraham. Fue así como Dios sacó a su pueblo escogido, entre gritos de alegría, y les dio las tierras de otras naciones y el fruto del trabajo de otros pueblos, para que respetaran y atendieran las leyes y enseñanzas del Señor.
Salmos 105:38-45 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Egipto se alegró de que salieran, Porque su terror había caído sobre ellos. Extendió una nube por cubierta, Y fuego para alumbrar la noche. Pidieron, e hizo venir codornices; Y los sació de pan del cielo. Abrió la peña, y fluyeron aguas; Corrieron por los sequedales como un río. Porque se acordó de su santa palabra Dada a Abraham su siervo. Sacó a su pueblo con gozo; Con júbilo a sus escogidos. Les dio las tierras de las naciones, Y las labores de los pueblos heredaron; Para que guardasen sus estatutos, Y cumpliesen sus leyes. Aleluya.
Salmos 105:38-45 La Biblia de las Américas (LBLA)
Egipto se alegró cuando se fueron, porque su terror había caído sobre ellos. Extendió una nube para cubrirlos, y fuego para iluminarlos de noche. Pidieron, y les mandó codornices, y los sació de pan del cielo. Abrió la roca, y brotaron las aguas; corrieron como un río en tierra seca. Porque se acordó de su santa palabra dada a Abraham su siervo, y sacó a su pueblo con alegría, y a sus escogidos con gritos de júbilo. También les dio las tierras de las naciones, y poseyeron el fruto del trabajo de los pueblos, a fin de que guardaran sus estatutos, y observaran sus leyes. ¡Aleluya!
Salmos 105:38-45 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Egipto se alegró cuando se fueron, porque les tenía mucho miedo. El SEÑOR desplegó una nube sobre ellos para que los cubriera y les dio un gran fuego para que iluminara la oscuridad. Ellos le pidieron carne, y él les envió codornices; les sació el hambre con maná, pan del cielo. Partió una roca, y brotó agua a chorros que formó un río a través de la tierra árida y baldía. Pues recordó la promesa sagrada que le había hecho a su siervo Abraham. Así que sacó a su pueblo de Egipto con alegría, a sus escogidos, con gozo. Les dio las tierras de las naciones paganas, y cosecharon cultivos que otros habían sembrado. Todo eso sucedió para que siguieran los decretos del SEÑOR y obedecieran sus enseñanzas.