Salmos 74:12-23
Salmos 74:12-23 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Tú, oh Dios, eres mi Rey desde tiempos antiguos; tú traes salvación sobre la tierra. Tú dividiste el mar con tu poder; les rompiste la cabeza a los monstruos marinos. Tú aplastaste las cabezas de Leviatán y lo diste por comida a las fieras del desierto. Tú hiciste que brotaran fuentes y arroyos; secaste ríos de inagotables corrientes. Tuyo es el día, tuya también la noche; tú estableciste la luna y el sol; estableciste todos los límites de la tierra y creaste el verano y el invierno. Recuerda, SEÑOR, que tu enemigo te insulta y que un pueblo insensato ofende tu nombre. No entregues a las fieras la vida de tu tórtola; no te olvides, ni ahora ni nunca, de la vida de tus pobres. Toma en cuenta tu pacto, pues hasta en los lugares más oscuros del país abunda la violencia. Que no vuelva humillado el oprimido; que alaben tu nombre el pobre y el necesitado. Levántate, oh Dios, y defiende tu causa; recuerda que a todas horas te ofenden los necios. No pases por alto el griterío de tus adversarios, el creciente tumulto de tus enemigos.
Salmos 74:12-23 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Desde tiempos antiguos tú has sido nuestro Dios y rey; en repetidas ocasiones nos has dado la victoria. Tú, con tu poder, dividiste el mar en dos; ¡a los monstruos del mar les partiste la cabeza! Tú aplastaste contra el suelo las cabezas del monstruo Leviatán, y con su cuerpo sin vida alimentaste a las fieras. Tú hiciste que brotaran ríos y manantiales, pero también secaste por completo ríos que parecían inagotables. Tuyos son el día y la noche, pues hiciste el sol y la luna; tú fijaste los límites de la tierra, y estableciste las estaciones del año. Dios nuestro, el enemigo se burla de ti; gente malvada te ofende. ¡No se lo perdones! Este pueblo tuyo es frágil como una mariposa; ¡no te olvides de nosotros, ni dejes que nos devoren nuestros feroces enemigos! Acuérdate de tu pacto, porque en todas partes hay violencia. No dejes que avergüencen al pobre y al humilde; haz que tus enemigos te alaben. ¡Vamos, Dios nuestro, defiéndete! Esos malvados no dejan de ofenderte; ¡no se lo perdones! ¡No les perdones a tus enemigos tanto griterío y alboroto!
Salmos 74:12-23 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Dios mío, tú eres mi rey desde tiempos antiguos; tú eres quien salva en medio de la tierra. Con tu poder partiste el mar en dos y en las aguas rompiste las cabezas de los monstruos. Aplastaste las cabezas de Leviatán, y lo diste por comida a los habitantes del desierto. Abriste los manantiales y los ríos, y dejaste secos torrentes impetuosos. Tuyo es el día, tuya es también la noche, pues tú estableciste el sol y la luna. Tú estableciste todos los límites de la tierra, y formaste el verano y el invierno. Recuerda, Señor, que el enemigo te ha ofendido, y que un pueblo insensato ha blasfemado tu nombre. ¡No entregues a las fieras la vida de tus tórtolas! ¡No olvides para siempre a tu pueblo afligido! Acuérdate del pacto que hiciste con nosotros, pues la tierra está llena de oscuridad y violencia. No permitas que los afligidos sean avergonzados; así alabarán tu nombre los afligidos y los menesterosos. Dios mío, ¡levántate y defiende tu causa! Recuerda que los necios te ofenden cada día. No te olvides de los gritos de tus enemigos, cuyo alboroto a todas horas va en aumento.
Salmos 74:12-23 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Desde tiempos antiguos, tú eres mi Rey. Tú, oh Dios, alcanzaste muchas victorias en medio de la tierra: tú dividiste el mar con tu poder, les rompiste la cabeza a los monstruos del mar, aplastaste las cabezas del monstruo Leviatán y lo diste por comida a las fieras del desierto. Tú hiciste brotar fuentes y ríos, y secaste los ríos inagotables. Tuyos son el día y la noche; tú afirmaste la luna y el sol; tú marcaste los límites del mundo; tú hiciste el verano y el invierno. Ten en cuenta, Señor, que el enemigo te ofende, y que gente necia habla mal de ti. ¡No te olvides tanto de nosotros! Somos débiles como tórtolas; ¡no nos entregues a las fieras! ¡Acuérdate de tu alianza, porque el país está lleno de violencia hasta el último rincón! No dejes que se humille al oprimido; ¡haz que te alaben el pobre y el humilde! ¡Levántate, oh Dios! ¡Defiende tu causa! ¡Recuerda que los necios te ofenden sin cesar! No olvides los gritos de tus enemigos, el creciente clamor de los rebeldes.
Salmos 74:12-23 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Pero Dios es mi rey desde tiempo antiguo; El que obra salvación en medio de la tierra. Dividiste el mar con tu poder; Quebrantaste cabezas de monstruos en las aguas. Magullaste las cabezas del leviatán, Y lo diste por comida a los moradores del desierto. Abriste la fuente y el río; Secaste ríos impetuosos. Tuyo es el día, tuya también es la noche; Tú estableciste la luna y el sol. Tú fijaste todos los términos de la tierra; El verano y el invierno tú los formaste. Acuérdate de esto: que el enemigo ha afrentado a Jehová, Y pueblo insensato ha blasfemado tu nombre. No entregues a las fieras el alma de tu tórtola, Y no olvides para siempre la congregación de tus afligidos. Mira al pacto, Porque los lugares tenebrosos de la tierra están llenos de habitaciones de violencia. No vuelva avergonzado el abatido; El afligido y el menesteroso alabarán tu nombre. Levántate, oh Dios, aboga tu causa; Acuérdate de cómo el insensato te injuria cada día. No olvides las voces de tus enemigos; El alboroto de los que se levantan contra ti sube continuamente.
Salmos 74:12-23 La Biblia de las Américas (LBLA)
¶Con todo, Dios es mi rey desde la antigüedad, el que hace obras de salvación en medio de la tierra. Tú dividiste el mar con tu poder; quebraste las cabezas de los monstruos en las aguas. Tú aplastaste las cabezas de Leviatán; lo diste por comida a los moradores del desierto. Tú abriste fuentes y torrentes; tú secaste ríos inagotables. Tuyo es el día, tuya es también la noche; tú has preparado la lumbrera y el sol. Tú has establecido todos los términos de la tierra; tú has hecho el verano y el invierno. ¶Acuérdate de esto, SEÑOR: que el enemigo ha blasfemado, y que un pueblo insensato ha despreciado tu nombre. El alma de tu tórtola no entregues a la fiera; no olvides para siempre la vida de tus afligidos. Mira el pacto, SEÑOR, porque los lugares tenebrosos de la tierra están llenos de moradas de violencia. No vuelva avergonzado el oprimido; alaben tu nombre el afligido y el necesitado. ¶Levántate, oh Dios, defiende tu causa; acuérdate de cómo el necio te injuria todo el día. No te olvides del vocerío de tus adversarios, del tumulto de los que se levantan contra ti, que sube continuamente.
Salmos 74:12-23 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Tú, oh Dios, eres mi rey desde hace siglos; traes salvación a la tierra. Dividiste el mar con tu fuerza y les rompiste la cabeza a los monstruos marinos. Aplastaste las cabezas del Leviatán y dejaste que se lo comieran los animales del desierto. Hiciste que brotaran los manantiales y los arroyos, y secaste ríos que jamás se secan. Tanto el día como la noche te pertenecen; tú creaste el sol y la luz de las estrellas. Estableciste los límites de la tierra e hiciste el verano, así como el invierno. Mira cómo te insultan estos enemigos, SEÑOR; una nación insensata ha deshonrado tu nombre. No permitas que estas bestias salvajes destruyan a tus tórtolas; no te olvides para siempre de tu pueblo dolido. Recuerda las promesas de tu pacto, ¡porque la tierra está llena de oscuridad y violencia! No permitas que humillen otra vez a los oprimidos; en cambio, deja que el pobre y el necesitado alaben tu nombre. Levántate, oh Dios, y defiende tu causa; recuerda cómo te insultan estos necios todo el día. No pases por alto lo que han dicho tus enemigos ni su creciente alboroto.