Antiguo y NuevoMuestra
Antes, el matrimonio era solo entre israelitas
¿Conoce a alguien que haya sido parte en un matrimonio de conveniencia, es decir, que los padres eligieron el cónyuge del hijo o la hija? Esa costumbre es rara aquí, pero es común en países como la India.
En el Antiguo Pacto, el Padre celestial estableció límites alrededor de un grupo selecto de perspectivas de matrimonio; quería que el casamiento quedara dentro de Israel. Esta es la ley: Moisés les dijo a los israelitas: “Cuando Jehová, tu Dios, te haya introducido en la tierra a la que vas a entrar para tomarla, y haya expulsado de delante de ti a muchas naciones . . . No emparentarás con ellas, no darás tu hija a su hijo ni tomarás a su hija para tu hijo. Porque apartará de mí a tu hijo, que serviría a dioses ajenos” (Deuteronomio 7:1,3,4).
Esa no fue una expresión de patrioterismo judío, fue un asunto de supervivencia. El pueblo de Israel quebrantó con frecuencia ese mandamiento, y las uniones con los incrédulos terminaron por lo general en desastres espirituales. Hasta el gran rey Salomón, el hombre más sabio sobre la faz de la tierra, apartó de Dios el corazón por causa de sus esposas extranjeras idólatras.
El punto no era preservar la cultura israelita; sino evitar que los siempre obstinados israelitas desecharan la fe en el Dios de Abraham.
¿Conoce a alguien que haya sido parte en un matrimonio de conveniencia, es decir, que los padres eligieron el cónyuge del hijo o la hija? Esa costumbre es rara aquí, pero es común en países como la India.
En el Antiguo Pacto, el Padre celestial estableció límites alrededor de un grupo selecto de perspectivas de matrimonio; quería que el casamiento quedara dentro de Israel. Esta es la ley: Moisés les dijo a los israelitas: “Cuando Jehová, tu Dios, te haya introducido en la tierra a la que vas a entrar para tomarla, y haya expulsado de delante de ti a muchas naciones . . . No emparentarás con ellas, no darás tu hija a su hijo ni tomarás a su hija para tu hijo. Porque apartará de mí a tu hijo, que serviría a dioses ajenos” (Deuteronomio 7:1,3,4).
Esa no fue una expresión de patrioterismo judío, fue un asunto de supervivencia. El pueblo de Israel quebrantó con frecuencia ese mandamiento, y las uniones con los incrédulos terminaron por lo general en desastres espirituales. Hasta el gran rey Salomón, el hombre más sabio sobre la faz de la tierra, apartó de Dios el corazón por causa de sus esposas extranjeras idólatras.
El punto no era preservar la cultura israelita; sino evitar que los siempre obstinados israelitas desecharan la fe en el Dios de Abraham.
Escrituras
Acerca de este Plan
Este plan de lectura le ayudará a apreciar la presencia de Dios en los milenios pasados y le ayudará a entender cómo hoy en día se relaciona usted con los planes de él.
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Nos gustaría agradecer a Tiempo de Gracia por proveer este plan. Para más información, por favor visite: www.timeofgrace.org