Vence el desánimoMuestra
Pablo habla de alentar a los de poco ánimo
Alentar significa «hablar para consolar», y consolar es defender, por lo tanto, son los argumentos para que esa persona tenga lo contrario a lo que dice. Cuando dice alguien: ¡estoy desanimado! Debes decir: eres un predestinado para cosas gloriosas en esta vida, Dios te llamó como ministro de un nuevo pacto, en tu boca está el poder de la Palabra de Dios.
¿Cómo estar desanimado con todo lo que Dios te ha dado? Tienes el poder, la llenura, has sido sellado por el Espíritu Santo de Dios. Es necesario hacerlos abrir los ojos a la realidad de lo que son y no darles más razones para que sigan en la misma condición. Poco ánimo, en griego es mente frívola, mente cambiante; otra vez, es un problema del alma. El trabajo del Consolador, del «Paracleto», nunca fue condenar. El «Paracleto» no se paraba ante la corte para decir al juez: si es cierto, este es un pillo. ¡Jamás! En la realidad, el abogado defensor aunque sepa que es un criminal, tiene la función de defender y hacer todo lo posible para decir: él no es lo que sus actos hicieron. «Paracleto», uno que habla a favor y en nombre de la persona que defiende. Nunca acusa, porque su trabajo no es acusar. La obra del Espíritu Santo jamás te va a condenar, te redarguye que es diferente, pero no te condena.
Abraham vivió en el orden del Espíritu
Abraham fue el primer hombre mencionado en las Escrituras, que fue justo por la fe. Porque fue la primera persona a la que se le predicó el evangelio, antes de Cristo. El evangelio, son buenas noticias. Abraham fue el primer hombre que escuchó buenas noticias: En tu simiente bendeciré a todas las familias de la tierra. Esa simiente es Cristo. Fue justificado por la fe, a pesar de su condición de pecado, porque vivía en Adán, y Jesús, todavía no había muerto por los pecados del mundo. Pero Abraham, antes de Cristo ya era justo, porque creyó que la simiente que nacería miles de años después, iba a producir bendición a su favor y a sus generaciones.
Creemos en la obra de Cristo, que para nosotros es pasado, él creyó en lo que sucedería a futuro. No lo había visto, pero creyó. El mismo mensaje, el mismo Cristo, la misma bendición para todas las familias de la tierra. Abraham creyó la Palabra y vivió, no por el orden del alma, vivió por el orden del Espíritu. De allí en adelante caminó sabiendo que Dios lo había declarado bendecido. Así debe ser con nosotros, caminar basados en la Palabra; creer la bendición que Dios ya nos dio, como lo hizo Abraham, vivir en el orden del Espíritu.
Si deseas profundizar este tema, te invitamos a ver el sermón en este enlace de Vimeo https://vimeo.com/240845864 o en YouTube https://www.youtube.com/watch?v=TinOBwX5Qck
Escrituras
Acerca de este Plan
En alguna ocasión en la vida, seguramente pasaste por desánimo en algún proyecto planificado. Pero te invito a enfocarnos en el desánimo espiritual. Aquellos que han comenzado la carrera de la fe, han iniciado la vida en Cristo y de repente dicen: ¡estoy desanimado! Ya no continúan en el proceso y dejan de crecer, congregarse y edificarse en la vida en Cristo. Vamos a ver, en este plan de 7 días, cómo podemos vencer el desánimo espiritual.
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Nos gustaría dar las gracias al Gerardo Cárdenas en convenio con El Centro Network por proporcionarnos este plan. Para más información, por favor visitar: http://www.enelcentro.org y http://www.elcentronetwork.com