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Cómo librarme del dominio del pecado

DÍA 3 DE 11

Orar con entendimiento trae fortaleza

Pablo aglutina términos de poder y fuerza para subrayar que nada menos que el poder del Cristo glorificado que obra dentro de los creyentes, los capacitará para vivir en una forma que es agradable a Él; conforme a su gloriosa potencia. 

El poder que garantiza la victoria de los santos y sustenta sus vidas, no proviene del niño de Belén, del pobre carpintero de Nazaret, del profeta caminante de Galilea, del mártir crucificado, ni del Señor del santo sepulcro, sino del ¡Cristo Resucitado y Ascendido que reina en gloria y ha sido impartido al espíritu de los salvados! 

Por ende, todo lo que Dios deposita dentro de nosotros es suficiente para enfrentar y superar lo que ocurra fuera de nosotros, ya que es más poderoso el que está en y por nosotros, que lo que viene contra nosotros. Esta gracia es más que suficiente para las necesidades de los colosenses y de los creyentes de hoy; esta fuerza les será dada día tras día a medida que confronten las más diversas situaciones. El tiempo presente de la expresión: «seáis fortalecidos», da a entender no simplemente una única ocurrencia de fortaleza, sino un continuo fortalecimiento que proviene de la propia fortaleza de Dios. Una traducción literalmente, dice: con poder que recibe poder; indicando que a los creyentes se les da poder que proviene del glorioso poder de Dios. 

En otras palabras, es un poder «dunamis», que proviene del poder «exousia». Es interesante ver la distinción que hay entre «dunamis», que es poder y habilidad innatos, y «exousia», que es la autoridad o el poder de actuar. Lo podemos ilustrar en una persona que tiene el poder o la habilidad (dunamis) de abrir una caja fuerte, pero no tiene la autoridad ni el derecho de hacerlo (exousia). 

En Cristo hemos recibido ambos aspectos del poder. Dios ha dado poder a los creyentes conforme a la potencia de su gloria, tal poderío es inherente a Dios mismo. Fue este poderío el que levantó a Jesús de entre los muertos; y ha sido conferido a todos los renacidos a una nueva vida. La potencia de su gloria nos da energía y capacita para cultivar la perseverancia y vivir vidas dignas del Señor. La potencia de la gloria, se refiere por lo general a la sobrecogedora majestad y poder de Dios según se revela al hombre.

No podemos vivir la vida en y de Cristo con nuestras propias fuerzas, ya que nadie puede vivir la vida de Cristo, sino Cristo. La maravillosa verdad de las Escrituras, es que Cristo viene y vive su vida en y a través de nosotros para su gloria. No le digamos a Cristo que no podemos vivir la vida en Cristo. Él está disponible para vivir en y a través de nosotros, tanto como nosotros estemos disponibles para Él. 

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Acerca de este Plan

Cómo librarme del dominio del pecado

El hijo de Dios necesita conocer la Palabra para entender cómo librarse del dominio del pecado en su vida. Pues al creer, fue sacado de la potestad de las tinieblas y trasladado al reino del amado Hijo de Dios. Sin embargo, este acto de Dios, debe ir acompañado de un proceso que vive cada nacido de nuevo, para que el pecado que antes lo gobernaba ya no lo gobierne más.  

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Nos gustaría agradecer a Basilio Patiño en colaboración con El Centro Network por facilitarnos este plan. Para obtener más información, por favor visítenos en: www.redrema.org www.elcentronetwork.com