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Su yugo es hecho a la medida exacta para ti

Cuando mis hijos aún eran pequeños, el dinero era muy escaso. Las ventas anuales de consignación eran los salvavidas para vestir económicamente a dos niños que crecían demasiado rápido. Generalmente yo compraba una talla o dos más grande de lo necesario para que los niños tuvieran espacio para crecer en el año siguiente.

Yo pensaba que los niños se veían adorables en sus camisetas extra grandes y pantalones jean arremangados. ¡Pero en definitiva no estaban hechos a la medida! Yo les estaba pidiendo que vivieran, jugaran y trabajaran en ropa que de ninguna manera fue hecha para ellos.

Dios no es así. Cuando Jesús dice que una manera clave para encontrar reposo es “Toma mi yugo sobre ti,” Él nos está reprendiendo suavemente por tomar cargas que no fuimos hechos para cargar y nos está diciendo que en cambio tomemos esos propósitos que Él ha creado justo para nosotros.

Un yugo es un aparato que se engancha sobre el lomo de un animal trabajador (o una yunta de animales) para que puedan cómodamente jalar algo pesado como un arado. Ya que cada animal es de un tamaño y anatomía diferente, un granjero bondadoso crea cuidadosamente un yugo a la medida para cada animal. Esto permite que el buey, el caballo o el burro pueda trabajar bien cuando se necesite, sin que se fatigue al jalar ineficazmente con un ángulo equivocado o resultar raspado y adolorido. 

El granjero también tiene cuidado en no darle a un animal joven un yugo demasiado grande. En cambio, en cada etapa de crecimiento el granjero mide nuevamente a los animales que están a su cuidado y crea un nuevo yugo. El animal es llamado para un propósito en particular y es equipado para ello.

Imagina la dificultad si a un animal se le diera el yugo que fue diseñado para otro. Tal vez sí lograría arar la tierra, pero ¡que dolor, esfuerzo y pesadez! ¡Oh, que llagas abiertas en esa espalda fatigada! Después de días y meses de la misma tortura, ¿acaso no huiría el animal eventualmente?

Muy a menudo, estamos fatigadas y cargadas, no solo por las largas horas o por tener demasiado que hacer, sino porque emprendemos cosas que nunca fuimos destinadas a hacer o tal vez hacerlas de una forma o en un momento que nunca fuimos destinadas a hacerlo. Creamos la promesa de nuestro Señor, que cuando tomamos Su yugo para nosotras, encontraremos reposo.

Vive de acuerdo a tu diseño