5. Acercarnos 

De la misma forma que alabar a Dios levanta nuestro espíritu, también lo hace el buscar bendecir a los demás. Servir a los demás distrae nuestra mente de nosotros mismos e incluso nos saca de un estado de ánimo negativo. Vivimos la profunda satisfacción de dar, y nuestras propias vidas se vuelven más dulces.   

Hay un sinfín de formas de acercarnos a los demás. ¿Hay alguien nuevo en tu lugar de trabajo? Invítalo a almorzar o sólo pasa por su escritorio y pregúntale si le ayudas a instalarse. Puede que encuentres un nuevo amigo. Esta semana, ¿vuelve a aparecer en el boletín de tu congregación ese anuncio para trabajadores de guardería? Tal vez puedes ayudar después de todo. Servir y dar vienen en todas las formas y tamaños, y somos bendecidos cuando damos.