Cómo sé que un sentir es de Dios Parte unoMuestra

Sabiduría

3. ¿Él lo haría? 

En Santiago encontramos las características de la sabiduría: Si ustedes son sabios y entienden los caminos de Dios, demuéstrenlo viviendo una vida honesta y haciendo buenas acciones, pero si tienen envidias amargas y ambiciones egoístas en el corazón, no encubran la verdad con jactancias y mentiras. Pues la envidia y el egoísmo no forman parte de la sabiduría de Dios. Dichas cosas son terrenales, puramente humanas y demoníacas.

Algo no es del Señor si es el resultado de compararnos con los demás, desear lo que poseen y enojarnos porque tengan más; eso nos amarga con nosotros, ellos y Dios. Él quiere que soñemos y tengamos ambiciones, el problema es cuando somos los únicos beneficiados. Cuando el Señor nos ve, no piensa solo en nosotros, ¡sino en el bien común! La sabiduría que proviene del cielo es, ante todo, pura y también ama la paz.

Un pensamiento es de Dios cuando es limpio y su propósito es de tranquilidad, en cambio, si su fin es la pelea... Además, dice la Biblia que la sabiduría siempre es amable y dispuesta a ceder ante los demás. Cuando un sentir perjudica a alguien, no es del Señor. La sabiduría incluso, afirma la Palabra, está llena de compasión y del fruto de buenas acciones. Un pensamiento de Dios, en vez de llevarnos a criticar, ¡nos sorprende porque estamos llenos de una misericordia inexplicable; esa es una manera de probar si algo es de él porque la carne no es así! La sabiduría del Señor no muestra favoritismo y siempre es sincera.