Cómo sé que un sentir es de Dios Parte unoMuestra

¡Multitud de consejeros! 

4. ¿Ese impulso fue confirmado por cristianos maduros?

Dios no quiere “llaneros solitarios” desconectados de los demás; la iglesia es un lugar en el que compartimos el pan, alabamos a Dios y nos conocemos. Si él nos habló, ¡lo confirmará a través de los cercanos! Una clara evidencia de que un pensamiento no es de él es cuando no queremos la opinión de los demás porque debemos darles el permiso a los que tienen la autoridad del Señor, o a nuestros hijos, por ejemplo, de que nos digan lo que no queremos escuchar. A veces nos desagradarán sus palabras, pero la Biblia dice: En la multitud de consejeros hay sabiduría. Cuando buscamos la confirmación del Señor a través de ellos, cuidémonos de no manipularlos para que digan lo que queremos oír; buscamos sus perspectivas que nos ayudan a saber si algo es de Dios. 

Cuando volví a Colombia en 1987 después de estudiar en Estados Unidos y vivir en Australia, llegué convencido del plan del Señor para mí; en mi corazón ardía su llamado y tenía lo necesario, pero me faltaba la persona con la cual llevarlo a cabo. Sin embargo, ignoré las señales de reprobación de los que me amaban, por eso durante casi dos años no busqué la opinión de mis líderes; me resentí porque no me hablaban, pero el problema no eran ellos porque, si quería su consejo, ¡debía pedirlo! Las autoridades no tienen la verdad absoluta, pero hay sabiduría en escucharlos y eso nos evitará cometer errores, malgastar dinero, desviarnos…

Dios me encaminó de nuevo, pero conozco a muchos que por no oír a sus papás, por ejemplo, no se recuperaron. Atender a “la multitud” me hubiera impedido perder grandes oportunidades.