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A Sus Pies: Cesand Tu Trabajo para Sentarte

Hay algo muy especial en la manera en que un niño o una niña saludo a sus padres luego de no haberlos visto en todo el día. Sueltan lo que sean que estén haciendo el momento en el que oyen la llave girar en la puerta. El gozo que inunda sus caras al oír sus voces. El calor en el abrazo intercambiado para reconocer su presencia. Es hermoso. Más que hermoso, también es reverencial. La reverencia de un niño o una niña por la presencia de sus padres muestra profundo honor, respeto, y admiración; muestra pura admiración.

En muchas maneras, creo que nuestra reverencia a nuestro Padre Celestial debería ser igual cuando nos encontramos con su Presencia. Debe haber una gran cantidad de emoción por la realización que Jesús está en el mismo lugar que nosotros. El tipo de emoción que encarna la reverencia declara, «¡Estoy tan honrada, Padre, porque estás aquí!» Creo que es esta la emoción que María mostró cuando Jesús llegó a la casa de ella y de su hermana, Marta.

Marta le abrió la puerta a Jesús, pero fue María la que tomó asiento a Sus pies para absorber todo lo que Él tenía para compartir. En lugar de tomar un descanso de su trabajo para compartir con el invitado de honor en su hogar, Marta se enfocó en las tareas que ella sentía que necesitaba completar. Claro que su motivo no fue el de deshonrar a Jesús, pero sí perdió la oportunidad perfecta de un descanso del ajetreo de la vida para simplemente disfrutar de una conversación íntima con Jesús.

¿Alguna vez has perdido – aunque fuera involuntariamente – una oportunidad de darle a Dios tu devoción sin distracciones por el trabajo en el cual estás enfocada? 

A veces, la reverencia es algo más que simplemente abrir la puerta para que Jesús entre; es también parar todo para disfrutar en Su presencia. A veces requiere escoger la adoración sobre el trabajo. Es tan fácil estar presente físicamente por un momento, como Marta, pero no participar en el momento. Es aún más fácil que nuestra reverencia esté a la merced de nuestras rutinas; pero, si alguna vez tienes la oportunidad de escoger entre el trabajo y sentarse a Sus pies, espero que siempre escogas sentarte.

Respuesta: ¿Qué actividad de tu rutina diaria puedes hacer a un lado para asegurarte que tendrás tiempo y espacio para sentarte con Jesús?

Versículo: Lucas 10:38-42