El Credo de los Apóstoles: JesuscristoMuestra
La Pasión de Jesús: 1 Pedro 2:20-21
El término teológico pasión viene del verbo griego pascho, que significa sufrir. Se refiere al sufrimiento y muerte de Jesús, empezando con la noche de su arresto.
La pasión de Jesús es mencionada en estas líneas del Credo de los Apóstoles:
Padeció bajo el poder de Poncio Pilato;
Fue crucificado, muerto y sepultado;
Descendió a los infiernos.
La mayoría de los cristianos están familiarizados con el arresto de Jesús, sufrimiento y crucifixión. En vez de explorar estos detalles en este espacio, nos enfocaremos en la razón por la cual Jesús se sometió asimismo a estos eventos.
Con respecto al sufrimiento de Jesús, la Escritura explica que era necesario que Jesús aprendiera la obediencia, y encomendarlo a Dios el Padre. En Hebreos 5:8 leemos lo siguiente:
[Jesús] por lo que padeció aprendió la obediencia. (Hebreos 5:8)
Pedro escribió en 1de Pedro 2:20-21 lo siguiente:
Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios. Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas. (1 Pedro 2:20-21)
A través de su sufrimiento, Cristo cumplió la voluntad del Padre, y de este modo se encomendó a sí mismo al Padre. Al obedecer perfectamente al Padre, el obtuvo un premio eterno- un premio que misericordiosamente comparte con nosotros.
Pero los padecimientos de Cristo bajo el poder de Poncio Pilato no terminaron sólo en sufrimiento; sino que lo llevó hasta la muerte de crucifixión. Éste es quizá el aspecto más conocido de la obra de humillación de Cristo, y por esta razón: fue su muerte la que expió por nuestro pecado y cumplió nuestra salvación.
La muerte de nuestro Señor por el pecado, como es presentado en el Nuevo Testamento, se logró, si lo podemos poner de esta manera, debido a que Él se convirtió en nuestro sustituto penal. Sustituto significa, que él tomó nuestro lugar. Y penal apunta al hecho que Él tomó nuestro lugar aguantando el juicio, la penalidad que todos merecíamos por nuestras propias transgresiones de la ley de Dios, la penalidad con la que Dios nos había castigado por quebrantar su ley. La naturaleza de Dios es tal (y me refiero a Su santidad en realidad), Su naturaleza es tal que donde hay pecado, debe de haber un pago. Y la maravillosa, sabia y amorosa forma de salvación que Dios planeó fue el desviar la penalidad de nuestra culpa, de nuestro hombro, si se puede decir de esta manera, y la puso sobre los hombros sin defecto de su Hijo encarnado, quien cumple el patrón de cordero sin defectos para sacrificio que era demandada a través de todo el Antiguo Testamento.
Dr. J.I. Packer
El apóstol Pablo muchas veces describió a la crucifixión como el corazón del evangelio. Observamos esto en pasajes como Romanos 6:6, 1 de Corintios 1:17-18, Gálatas 6:14, y Colosenses 1:20.
Por citar un ejemplo, consideremos las palabras de Pablo en Gálatas 2:20-21
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo.
(Gálatas 2:20-21)
La muerte de Cristo fue la obra central que logró nuestra salvación. Y por esta razón, ha sido el hecho central en la presentación del evangelio a través de la historia.
Escrituras
Acerca de este Plan
Este plan de lectura habla de la divinidad de Jesucristo mirando cosas como la naturaleza de su divinidad, y su relación con los otros miembros de la Trinidad. Examina su humanidad y discute la relación entre su naturaleza divina y humana. Y habla de su trabajo durante y después de su ministerio terrenal.
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Nos gustaría agradecer a los Ministerios del Tercer Milenio por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://es.thirdmill.org/